Ha llegado el momento de la verdad. Aunque el kayak todavía se arruga como una pasa con el frio y la humedad este fin de semana no me queda más remedio que echarlo al agua aprovechando la salida navideña que organiza la Asociación Galega de Kaiak de Mar.
Como un kayak nuevo bien merece una pala nueva y como tampoco tenía pala propia pues me hecho la que aparece en las fotos. El diseño no puede ser más clásico; puntas postizas de refuerzo, tiras laterales también de refuerzo y dos tensores, uno a cada lado, para dar rígidez al conjunto. los tensores van embutidos en el cuerpo de la pala y tienen una sección de 1 x 0,4 cm sobrepasando la pértiga en unos 10 cm por cada lado. Para afianzar la unión entre el cuerpo de la pala y las puntas los refuerzos laterales van unidos a las puntas mediante una pequeña clavija (hasta ahora no he visto este sistema así que el resultado está por probar).
Como las puntas están dispuestas de modo que las fibras de la madera discurren atravesadas al eje de la pala y la madera es muy débil en esa dirección "cosí" dichas fibras con dos pequeñas clavijas de unos 15 x 4 mm. Este verano al hacer un esquimotaje rompí una de las puntas de una pala que me habían prestado, con lo que estoy bastante sensibilizado con la debilidad de la unión puntas postizas/cuerpo de la pala.
Las maderas empleadas son cedro del Canadá y ébano (un capricho) y todas las clavijas son de hueso. La pala mide 2,05 m de largo y 8 cm en la parte más ancha (cada dia las hago más pequeñas) y pesa unos 750 gr.