Estuvimos recogiendo palos, cañas y pequeños trozos de maderas, que luego a la noche nos servirían para mantener un pequeño fuego con el que hacer la cena.
Cuando pasó el mediodía, nos apresuramos a salir a palear por la pared del Cabo Tiñoso, pero cuando llevábamos recorridos unos 500 metros, nos tuvimos que dar la vuelta porque las rachas de viento eran muy fuertes y las olas rompían en sus crestas.
En ese momento comprobamos que lo más probable es que no pudiésemos salir a navegar en todo lo que quedaba de día.
Cuando iba saliendo, pasé pegado a unas rocas en donde estaba pescando EmilioYsak …

… y le pregunté:
¡¡ Emilicooooooooooo !!, ¿ has sacado algoooooooo ?.
¡¡ Siiiii !!, ¡¡ llevo cincoooooo !!
Ja, ja, que tío ..., menudo es Emilio con la caña desde la costa, cuando salimos y nos secamos, nos fuimos en donde estaban él y Vicente, Jose y Marco, también sacaron sus cañas para pescar y de esa manera podríamos conseguir cenar nuestra ansiada sopa de pescado y pescado fresco a la brasa.