habría que ponerlo en topic aparte, pero seguro que a todos los de travesia a los que les gusta competir les gustaría estar aquí:
http://www.hawaikinuivaa.pf/http://www.soitu.es/soitu/2008/10/28/actualidad/1225211883_087753.htmlMaratón en las olas del Pacífico
Durante los próximos tres días se disputa en la Polinesia una dura y espectacular travesía
En la carrera participan los mejores remeros del Pacífico, de Hawai a Nueva Zelanda
Las embarcaciones son idénticas a las que usaron los primeros polinesios
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Por MARÍA JOSÉ LLERENA (SOITU.ES) Actualizado 29-10-2008 13:44 CET
BORA BORA (POLINESIA FRANCESA).- Hoy, 29 de octubre, las aguas turquesas de la Polinesia Francesa se agitarán más de lo habitual. Y así será durante tres días, los que dura el gran acontecimiento deportivo del año en el Pacífico. Y no, no se trata de fútbol, sino de una durísima carrera de piraguas tradicionales. La estampa es ésta: un centenar de embarcaciones elaboradas a imagen y semejanza de las que movieron por los mares del sur a los primeros polinesios se echan al mar para recorrer los 130 kilómetros de una travesía en la que compiten los mejores remeros del Pacífico. El espectáculo transcurre en esas aguas y esas islas con las que has soñado cien veces.
Todo resulta escandalosamente exótico, incluso antes de aterrizar en las islas, su visión desde los aires ya te planta una sonrisita tonta en la cara. Conviene resistirse a describir el lugar con todas esas palabras manidas del tipo lugar paradisiaco, playas de arena fina y blanca, aguas turquesa, montañas enigmáticas y misteriosas... Topicazo, sí, pero es lo que hay.
La carrera, que tiene un nombre tan exótico como todo lo que tenga que ver con estas islas, Hawaiki Nui Va'a, levanta un entusiasmo contagioso. La fiesta empieza la tarde antes de que arranque la carrera en la isla de Huaine, donde se congregan los remeros participantes llegados de todas las islas de la Polinesia y de otras como Hawai, Nueva Zelanda, Samoa... Se congregan también las autoridades, los grupos de apoyo de cada equipo y una nube de seguidores deseosos de competición y jolgorio. La tercera edad, uniformada con vistosas camisas de flores rojas, se ha ocupado de preparar y servir comida tradicional para todo el mundo, y los niños van pensándose a qué equipo animarán al día siguiente, porque todo el mundo tiene una piragua favorita, por supuesto.
La gente pasea entre los remeros y ellos muestran orgullosos sus embarcaciones, que tienen una curiosa particularidad: el balancín, una especie de brazo a uno de sus lados que ayuda a la embarcación a mantener el equilibrio en días de oleaje. El diseño es producto de las muchas horas de navegación de sus ancestros y hoy se siente orgullo patrio por este tipo de embarcación. EN la actualidad siguen fabricándose artesanalmente, aunque en su fabricación se ha ido sustituyendo la madera por materiales más ligeros como la fibra de vídrio y la fibra de carbono.
Los remeros entrenan durante todo el año para la gran cita: "En mi equipo entrenamos una hora de lunes a viernes. Y los domingos, cuatro", me explica Enzo, el capitán del equipo Espace Bleu, que compite en músculos y tatuajes con el resto de participantes. Eric Deane es el timonel del equipo OPT, uno de los favoritos para ganar el torneo, junto al Shell Va'a y el Hawaii Team. Él dedica algunas horas más: entrena de lunes a sábado por la mañana en el gimnasio y por la noche en la canoa. Sólo descansa el domingo.
Además del esfuerzo físico, los miembros de la mayoría de los equipos deben hacer también un esfuerzo económico para participar. Buscan patrocinadores que les ayuden con los gastos, pero los conjuntos más pequeños lo tienen más difícil.
La carrera de piraguas tradicionales más dura del mundo
A primera hora de la mañana, y con los ecos del baile de la noche anterior aún frescos, todo el mundo está listo para echarse al mar: los remeros a sus piraguas y los equipos de apoyo, la prensa y los incondicionales al cortejo de pequeñas embarcaciones que rodeará a la carrera. Una ballena que acaba de avistarse junto a la línea de salida retrasa el inicio de la competición, pero nadie desespera, los remeros aguardan pacientes, concentrados, hasta que el camino queda despejado.
Arranca la carrera. Rumbo a la isla vecina de Raiatea, la isla sagrada. Esta primera etapa comprende 44,5 kilómetros, que los fornidos remeros se meriendan en unas cuatro horas de esfuerzo despiadado. Todo el mundo anima a los remeros a voces y silbidos y la carrera se transforma en una gran fiesta móvil. La meta se hace esperar, las horas de competición son largas y duras para los remeros, que no pueden turnarse a mitad de carrera. Los mismos seis que salen en cada piragua deben llegar a la meta, aunque podrán cambiar para afrontar la siguiente etapa.
En la segunda jornada, con llegada en la isla de Taha'a, la potencia es el elemento decisivo. Es una carrera más rápida porque las aguas son más tranquilas y las luchas en la cabeza de la carrera son intensas. Los equipos reman pegados, apuran sus fuerzas, el más mínimo desfallecimiento marca la diferencia. Pero, sin duda, la llegada más espectacular es la del último día: la multitud se concentra en la playa de Matira, en la despampanante isla de Bora Bora. Las exóticas mujeres reciben con collares de flores a los deportistas, que llegan a meta extenuados por el esfuerzo y eufóricos por la victoria.
En 2007 la victoria fue para el equipo amarillo, el Shell Va'a, seguido del OPT. Pero todos los equipos tienen razones para la celebración. Ni rastro de derrota en ninguna cara. Así que, por supuesto, en tierra firme, la fiesta continúa. Música, comida, bebida y playa. Y enseguida a pensar en la carrera del año que siguiente, que ya está aquí. Vuelve la agitación al Pacífico.

Con la llegada de la carrera a la isla de Bora Bora estalla la euforia.

El maratón sobre las olas discurre a lo largo de 130 duros kilómetros.

La llegada siempre es dulce, con victoria o sin ella.