Lo prometido es deuda, lo que ocurre es haber como plasmo aquí las vivencias tan gratificantes que hemos vivido estos días, creo que lo limitado del texto escrito no va a ser suficiente para expresarlas, pero lo voy a intentar.
No voy a nombrar a mucha gente porque seguro que me olvidaría de alguien y sería imperdonable por mi parte, sólo voy a dar un par de nombres propios y más adelante diré porqué.
En primer lugar gracias a Jaime de Nordés Kayaks por poner a nuestra entera disposición toda su infraestructura -que es mucha- estaba en todos los sitios, tanto en tierra organizándolo todo, y cuando digo todo es desde cada noche hablar y detallar las salidas que íbamos a hacer hasta suministrarte cualquier cosa que te hiciese falta, como en mar prestando apoyo a todo el que lo necesitara y supervisando que no surgiese algún incidente, tambien se trajo a Eduardo, el director general de Goltziana que vino desde Portugal con un remolque con mas de 10 kayaks -llegó a las 3 de la madrugada del sábado- para poner a nuestra disposición kayaks a estrenar y traer el Solaris de Senda como sorpresa, ya que no contábamos con él para esta quedada, con una de las combinaciones de colores más bonitos que he visto en un kayak, ya lo veréis; pues bien este hombre estuvo toda la quedada al pié del cañon y solucionó personalmente pequeños incidentes con los kayaks, aparte de navegar en la ruta a Cíes y en la de la Costa de la Vela, gran persona a la que desde aquí le envío un abrazo, obrigado Eduardo.
Dejo los comentarios sobre rutas y detalles de navegación a los más expertos, porque yo con mi inexperiencia no podría dar todos los datos y sobre todo porque no hice todas las rutas, yo quiero hablar del lado humano de esta quedada.
Y ahí es donde quiero dejar patente mi emoción porque he conocido a gente maravillosa, a un grupo humano fantástico del que sólo voy a nombrar a Dona y Hervé porque fueron los que compartieron bungalow con nosotros; gente encantadora y con los que ya tenemos lazos en común; merci beaucoup Hervé, grazie Dona.
Tendría que nombrar a todos y cada unos de los componentes de esta Quedada Atlantica y aquí viene lo que decía al principio que no puede ser porque como describir lo que supone que en la reunión en la cafetería del camping el sábado todo el mundo pusiera sobre las mesas lo mejor de sus tierras para disfrute de todos, las risas que nos pegamos, las caras de alegría al reconocernos, porque lo curioso es que era eso, que ya todos nos conocíamos pero al poner cara a los nicks la experiencia fue de lo más cálido que os pudierais imaginar.
Cuando fuimos a navegar en unas condiciones para algunos fuertes suponía un gran alivio saber que a tu lado tenías personas -podría poner kayakistas pero lo que me demostraron es ésto- que estaban pendientes en todo momento de que te sintieras arropado, como cuando Senda con un kayak que no era el suyo y no estaba acostumbrada y en su primera navegación con un kdm y unas rachas de viento F5 y mar picado quiso desembracar y un señor con mayúsculas - y este señor y excelente kayakista es capaz de encarar una ola rompiente de más de tres metros dar un salto en vertical haciendo despegar un barco de más de cinco metros del agua, sacarlo otro metro más y luego amerizar como si nada- pues este hombre que todos conocemos la acompañó hasta la playa, desembarcó corriendo y volvió a la orilla para agarrar el kayak de Senda que no lo llevara el oleaje, darle unas palabras de ánimo, darle unas indicaciones como tenía que hacer para luego volver al agua más tranquila y completar el recorrido.
También otra gente echar una mano cuando este patoso que escribe también fué a desembarcar en ese momento y llevó un revolcón con un cubre de neopreno nuevo que no era capaz de soltar; cuando llegamos a Cabo Home y con un mar de fondo con olas de más de dos metros; con una montaña de agua frente tuya (por lo menos para mí era eso) y estar tranquilo porque tenías la completa seguridad de que no te iba a pasar nada porque siempre tenías como mínimo un par de ojos pendientes de tí; o cuando en la vuelta a la costa de la Vela fuimos a sacar fotos desde lo alto del acantilado y observamos una formación en rombo con los más expertos encabezando y cerrando lo formación con otros a ambos lados.
Pues bien, esas personas que cuando embarcábamos se ponían en la playa ayudando a todo el mundo que lo necesitaba a superar las olas y salir con seguridad son kayakistas del máximo nivel nacional e internacional, monitores de la AGKM, titulados en BCU ó expertos capaces de esquimotar a propósito en una ola rompiente de 2 metros; en cambio eran las personas más humildes y le restaban importancia a lo que estaban haciendo, eso fué lo que más me llamó la atención, por eso sólo quería resaltar el lado humano del evento, ya tendremos tiempo de comentar de todo y respondernos a los posts, de reirnos de muchísimos detalles - que los hubo y muy jugosos- pero ahora necesitaba sacar de dentro ésto que ha sido lo más impactante para mi.
Imágenes habrá muchas, veremos grandes fotografías y magníficos videos pero la imagen que se me quedó grabada es ver el brillo de emoción en los ojos de un chico -simpatíquisimo madrileño con un Murano Evolution naranja para más señas- que me comentaba en la cena del domingo sus impresiones y de cómo lo había pasado, para mí es el resumen de esta quedada: que a todos se nos quedará grabado algo para siempre.
Y que esto no queda aquí, ayer Senda y yo salimos los últimos del camping y ya hablamos con Jaime para mejorar todos los detalles y programar la
II Quedada Atlántica/09Un gran abrazo para todos
