Como era de esperar, un día apacible el de ayer, una gozada. Tuvimos que hacer la travesía un poco mas larga y adentrarnos más en la mar de lo habitual, pero mereció la pena el esfuerzo, el mar no lo gratifico una vez más, con unos de sus múltiples encantos.
¡Ah! y como no, Eric (el francés) salio a nuestro encuentro. Si este hombre dispusiera de un kayak en condiciones (y un chaleco), a más de uno nos dejaría boquiabierto, a mi ya lo hace ver a la velocidad que mueve el autovaciable.

Pablo (kayak intrépido), ya sabes por donde andamos, cuando quieras te apuntas. Te dejo una foto de ayer de nuestro encuentro en Cerro Gordo. Un saludo.
