Hola, un saludo Ibifest, me gustó mucho conocerte tío, eres la caña, ja, ja.
Alfonso ... ( aunque este no es el tema ), esa ola te viene de frente y ya puede medir 2 metros que la cruzas y ya está, encima llevaba los estabilizadores, pero ... cuando tienes que salir y ves que te tienes que meter en una secuencia de olas, que a cual de ellas es peor ... ¿ entonces que ?, pues esa es a la ola orillera a la que yo me refiero, la que hagas lo que hagas te pilla y no te escapas ni dando saltos:
ALFONSO Y PACO SALIENDO DEL MAR ( A 50 METROS DE LA COSTA ). EL MAR ESTA BUENO, PERO EN LA ORILLA TOCA MARCHA.
- Jolines tío, mira que lo sabía.
- Joer Paco, ¡¡ ya estás cagao !!
- Si es que estoy un poco harto de tanto revolcón.
- Pues haz lo que siempre te digo, observa la secuencia, busca el hueco, palea rápido, surfea la ola y cuando se cruce el kayak, haces el apoyo del lado que te venga la ola. Si lo haces de esta manera, cuando te vayas a dar cuenta, estás en la orilla.
- Vale.
- Venga ... que voy yo.
( Y el cabr ... va y se escapa, se ríe y me saluda desde la orilla ).
- En fin ... allá voy yo.
- A ver ...
- Observo la secuenciaa ...
- A ver, a veeeer ...
- ¡¡ Ahoraaaa !!
- Oye ... pues parece que de esta me escapo, je, je ...
- ¡¡ eh !!
- ¿ Que está pasandoooo ? ...
- ¡¡ Jolineeeeeeeeeees !!, ¡¡ cómo anda estooooooooo !!, ¡¡ que ya me ha pillaoooooooo !!
- ( Mi mente me habla ) ... ¡¡ Venga Paquiño !!, aguanta campeón que esta vez el kayak no se gira.
- ¡¡ Ah !!, ¡¡ que noooooooo !!
- ¡¡ Perooooo !! ... ¿ a dónde vaaaaaaaaaaas ? ( mientras tanto continúo apretando el pedal del timón para el lado contrario, que parece que voy a sacar el pie por la proa ).
ALFONSO DESDE LA ORILLA
- ¡¡ Apoya ahoraaaaaaaaaaaaa !!
- ¡¡ Valeeeee !!, ¡¡ aaaaaaaaaahg !!, ¡¡ glub, glub, glub !!
Mientras pasa este segundo y medio, con una mano me sujeto las gafas por si acaso, en la otra lleva la pala ( todavía no se muy bien para qué, porque la llevo atada ), la boca y el pelo ya están llenos de arena y la dobladica que me ha costado estar toda la mañana haciendo curricán para sacarla, va y se me pierde con el rebufo de la ola, no sin antes darme como una especie de guantá en la cara diciendo: ahí te quedas, que yo me largo.
En fin ... ya estoy en la orilla, con la espalda como un cuatro, las gafas torcidas, saliendome un chorro de agua por cada una de las orejas, la boca y el pelo llenos de arena, sin la doblá y encima ... todavía dando gracias, je, je.
Alfonso ... no te rías maric ... que ya te estoy viendo en tu despacho partíendote ... ¡¡ grrrrrrr !! ... ¡¡ que no te ríaaaaaaas !!
Ya te pillaré en la Fenicia ...
Un saludo.
LA OLA ORILLERA
