Decimotercera Etapa
Comillas - Unquera 28,5 km.
Logistica: Berto
Participantes:
Rompeolas
Nitram
Samlasdi
Marley
PepeC
Alf
Celer
Patera
Oscar
Sialuk
Heracons
Nautae
........ y en solitario Otar95.
Día con buena temperatura y mar, nublado alto que al final de etapa se iría cerrando, viento suave. La etapa coincide con otro evento deportivo en Comillas, la vuelta ciclista de los 10000 del Soplao.
Salimos hacia las diez de la mañana, llegando en torno a las dieciseis horas a la ria de Tina Mayor, donde nos esperaban Otar 95, Carbono 14 y Xavier L. para recoger el relevo (los dos últimos) e iniciar la etapa asturiana hasta Llanes.
Salimos de Comillas con la mar en calma virando hacia el oeste, pronto llegamos a la plácida ría de la Rabia, donde disfrutamos de su serenidad y la transparencia de sus aguas. Bordeamos la larga playa de Oyambre, con la proa hacia el monumento al pajaro amarillo (avión que venía de america y tuvo que aterrizar en la playa), con leve mar de fondo por estribor. Al acercarnos al acantilado del inicio de la punta de Oyambre sobre fondo rocoso, Patera pescó una hermosa aguja que devolvió al mar. En la Punta de Oyambre, con los rebotes del mar de fondo, la cosa se puso bailona, para calmarse de nuevo en las playas de San Vicente de la Barquera. Al llegar a la salida de la ría de San Vicente hacia las 11:50, estuvimos esperando al equipo asturiano con los que no nos encontramos... dejamos recado a los pescadores de nuestra presencia y seguimos ruta. Ya por esta zona el mar volvía a bailar una pequeña pero sensible danza, ya que es una zona de fondo rocoso y poca profundidad. La costa de roca y acantilado suave, progresivamente más alto, es preciosa, pero el hambre pinchaba desde hacia rato en alguno de nuestros estomagos y nos dirigimos a la bellísima playa de Prellezo, con su entrada con arco de roca, paisaje de jardín japones, roca caliza tallada, de aristas redondeadas, que sustentaban, preciosos castaños y robles. El cántico de los pájaros nos dieron la bienvenida y nos despidieron después. Un par de familias o tres de playistas, vieron su meditación interrumpida con la llegada de nuestros doce kayaks en una playita pequeña de aguas transparentes y apacibles.
El resto de la costa una sinfonía de acantilados, cuevas, cabras, cormoranes, gaviotas, cuervos y demás fauna... nos fueron llevando a la preciosa Tina Menor, donde pudimos surfear alguna ola y disfrutar de su belleza y amplitud. Evitando multiples bajos, nos enfilamos ya con mas agilidad hacia la bocana de la ría de Tina Mayor ( que paradógicamente es más estrecha que la Menor, a modo de fiordo), allí nos esperaban, nuestros compañeros asturianos( Otar 95 en un desencuentro había venido en solitario desde San Vicente. Al pincipio llegó cuando nosotros habiamos reiniciado la marcha y le llegaron los recados que dejamos a los pescadores, posteriormente nos adelantó, cuando comíamos en la playa de Prellezo), que fué un placer volver a saludar. La entrega del pato y del libro de bitácora, se realizó en una playa de limo pegajoso-asqueroso, donde casi alguno pierde sus herraduras. Después quedaba ascender el final del rio Deva, que en algún tramo fué la tarea más esforzada de la travesía por la fuerte corriente en contra que nos encontramos. La llegada, con más lodo, fue paliada por la generosidad del club de piragüísmo, que nos facilitó las duchas y vestuario. Berto estaba allí esperando con la furgo- transporte de ganado de Edu, para llevarnos a Comillas a buscar nuestros coches.