me propuse hace tiempo no entrar en estos hilos, pero estoy tan "quemao" como el que más. Me duele que una izquierda claudicante sea incapaz de asegurar un presente. Más me preocupa que la derecha del corralito, siga entendiendo como normal el cohecho y la prevaricación. Pero lo que más me fastidia (me he contenido), es que ambos crean que somos g***** (no me he contenido). Oir a un vicepresidente decir que la presión fiscal es en este momento una medida de justicia, es una risa. ¿Acaso les van a hacer una auditoría a todos los banqueros (no bancarios) del estado?. ¿Acaso van a pedir la devolución del adelanto-préstamo que con suma delicadeza económica se les aportó para enjuagar sus pérdidas ocasionadas por su avaricia y mala capacidad de gestión?. ¿Acaso van a hacer que los políticos cuyas medidas han hundido autonomías, diputaciones, y municipios sean llevados ante la justicia?... No. Pagamos los de siempre.
Quienes tenemos la suerte de tener una nómina, por el extraño entendimiento de la solidaridad obrera (entendido como aquella solidaridad obligada porque a los que no son obreros o pequeños y medianos empresarios controlables, no los controla ni Dios), y del mejor reparto de los bienes comunes seguimos pagando con nuestros impuestos las incapacidades de quienes deben gestionarlos políticamente. Y matizo lo de políticamente, porque no es raro que con un informe contrario desde la instancia técnica, la voluntad política dirija su acción a favorecer... a los "suyos".
Ahora son los funcionarios. Luego serán quienes trabajan para la función pública desde la privada (no se esperará que a una reducción presupuestaria no le siga una revisión de los contratos a la baja, ¿no?). Por supuesto la sociedad civil, el entramado asociativo que realiza labores que la función pública no puede o simplemente los políticos no quieren, también nos veremos afectados. El malestar es general entre los epsilones, pero los alfa seguirán viviendo en el limbo de los justos donde el estado no es capaz de entrar, no sea que se cabreen.
Nos han vendido la sociedad del bienestar. Ahora achacan a esta sociedad, el fracaso de las medidas económicas. Y yo me pregunto, ¿por qué la crisis no ha afectado en igual medida a países como Dinamarca, Suecia o Finlandia?. Esos países tienen un sistema de justicia social caro. Pero la idea del deber de sus gestores políticos, de la responsabilidad, de la capacidad para afrontar errores y admitirlos, y con ello poder derivar a una mejor salida común; es lo que les permite mejorar su situación económica y social a la par.
No se trata de no pagar impuestos. Se trata de que no tengamos que seguir anhelando la figura de Robin Hood, que quita a los ricos para dar a los pobres. Se trata de poder obtener el grado de compromiso real para que los políticos que asumen el poder, dejen de estar más preocupados en la próxima campaña que en realizar medidas que mejoren la situación del futuro de sus ciudadanos.
Y en todo ello, nosotros, los ciudadanos tenemos la responsabilidad de apoyar, de fomentar, de criticar, de aportar, de ayudar; si, pero con la contrapartida de la honradez, de la buena gestión y de la valentía para tomar las medidas necesarias aunque sean inadecuadas, cuando se deben tomar; no cuando no queda otro remedio.
El problema es que no tenemos alternativa de poder. Ninguna. Menos mal que nos queda el foro como catarsis... Y el mar, siempre la mar.
Siento haberos dado el mitin, pero me recome las entrañas.
