Opino que cada uno es muy libre de probar y utilizar el invento que más le convenga.
En este y otros muchos temas de interés permanente en el mundo del kayak, nadie tiene razón porque cada kayakista es un mundo.
Y cada coche, furgoneta, recorrido, modelo de kayak, zona de desembarco, y zona de carga también lo son.
Yo he construido y probado varios sistemas de carga y finalmente me he decantado por uno de los más sencillos (en mi humilde opinión) y económicos: colocar justo detrás de la barra trasera un chaleco que protege la pintura y chapa del techo y parte del cristal trasero.
Ésto suple a los rodillos, protege la pintura, no daña la superficie del kayak y es rápido de montar y desmontar.
Eso sí, ojo con las arenas entre la pintura del coche y el chaleco.
Evidentemente subo la proa a pulso, apoyando la popa en el suelo (tengo una cinta que sujeto a la barra trasera de la baca con el tamaño justo para evitar que la popa se desplace en caso de viento fuerte) y empujo levantando la popa para que el kayak se deslice entre las piezas que más tarde lo abrazan en popa.
He instalado y probado más sistemas, pero ninguno más rápido, económico y fácil de poner y quitar que éste.
Evidentemente, como ya he dicho al principio, habrá a quien no le guste porque puede rallar el coche, puede moverse en el momento de la carga, puede volar con viento fuerte, incluso puedes olvidarte el chaleco sobre la chapa y arrancar...
Ni todos somos igual de cuidadosos, mañosos, fuertes y altos ni nuestros kayaks son de la misma manga, eslora, peso y material, así que frente a todos los sistemas habidos y por haber, pienso que el mejor de todos es el de la ayuda de otra persona. Y no necesariamente conocida: cantidad de veces me han echado una mano alguno de los espectadores que viéndome realizar la carga a mi solo, se han brindado a ayudar. Y bien que se agradece...