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KAYAKS SKIN ON FRAME Parte 1

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Paco García:
Cajeado de los baos 1

Fabricación de una plantilla.

La manera más sencilla de unir los los travesaños de cubierta a las bordas es mediante el empleo de clavijas de madera. En el kayak que nos ocupa utilizaremos sin embargo el ensamble más tradicional de caja y espiga. Se trata de una unión mucho más fuerte que la primera y no es tan complicada de realizar como pudiera parecer a primera vista.

Empecemos por las cajas. Debemos practicar en las bordas unas entalladuras rectangulares de 30 x 10 mm donde luego se alojaran las espigas que recortemos en los travesaños. Estas entalladuras son pasantes, es decir traspasan el tablón de la borda de un lado al otro, y forman con él un ángulo igual al flare, en nuestro caso 17º. No es tan complicado.

Todas las cajas son paralelas al canto superior de la borda. La distancia de cada caja al canto superior de la borda medida por la cara exterior de la borda es de 10 mm. Recordemos las marcas que habíamos hecho en las bordas para situar los travesaños sobre ellas. Habíamos puesto una X por uno u otro lado de las marcas. Pues bien, por el lado de la X de cada marca hacemos otra marca separada 30 mm de la anterior. Ya hemos determinado la longitud de la caja y su emplazamiento en la borda. Recordemos también que el masik no se une con este tipo de ensamble, por lo que no se hará ninguna entalladura destinada a él.

Probablemente el mejor procedimiento para tallar estas cajas es el que nos describe Cunningham. Es sin duda el que menos herramienta necesita, aunque si requiere del empleo de una plantilla (Cunningham es muy aficionado al empleo de las plantillas).

Para la fabricación de esa plantilla necesitamos un taco de madera de unos 4 cm de grueso, no más de 9 cm de ancho y más o menos otros 10 ó 12 cm de largo. Empezamos por perforar un taladro pasante de 10 mm de diámetro a lo largo del eje vertical del taco de madera (ver la foto.) Recordemos que 10 mm es el ancho que pretendemos dar a las cajas. Es importante que este taladro esté perfectamente alineado con lo que será el eje vertical de la plantilla. Para hacerlo se puede hacer uso de otro taco de madera similar al que usamos para la plantilla y colocarlo perpendicularmente a la cara de la plantilla donde vamos a iniciar el taladro. Este segundo taco de madera nos puede servir de guía para perforar el taladro tal como se ve en la foto correspondiente.

[float=left][/float]Describir con palabras la fabricación de la plantilla nos lleva a un autentico galimatías interminable y tedioso de leer, mientras que un simple vistazo a las fotos nos dejan las ideas perfectamente claras. Solo un par de aclaraciones:

- La plantilla se prepara de tal manera que una vez apoyada sobre el tablón de la borda el orificio perforado en la plantilla debe formar con el tablón de la borda un ángulo igual al flare, esto es 17º. Al mismo tiempo el extremo inferior ese orificio coincidirá a 1 cm de distancia al canto superior de la borda.

- Al taco de madera que usamos como plantilla le añadimos una tablilla contra la que apoyaremos el canto superior de la borda a la hora de practicar los taladros. La misión de esta tablilla es ayudarnos a emplazar cada taladro en el sentido longitudinal de la borda. La tablilla se confecciona y se coloca de tal modo que desde cada uno de sus extremos al borde contrario del taladro realizado en el taco de madera tiene que haber exactamente 30 mm (la longitud de las cajas de los travesaños). Cuando alineemos la tablilla con una de las dos marcas que hemos trazado en las bordas para cada travesaño, sabremos que el taladro de la plantilla quedará justo sobre la vertical del extremo contrario de la caja que queremos tallar. En resumen, si las escopladuras van a tener 30 mm de longitud y vamos a utilizar una broca de 10 mm (10 mm es el diámetro del orificio de la plantilla) la tablilla debe medir 50 mm de largo; 30 x 2 – 10 ó (30 – 10/2) x 2.

Paco García:
Cajeado de los baos 2

Si observamos las fotos en el orden en que se presentan se hace innecesaria la siguiente explicación. Aún así veamos paso paso toda la secuencia de procedimientos en el cajeado de una escopladura:


* Si no lo hemos hecho ya empezamos por delimitar la longitud de la escopladura. Para cada uno de los travesaños hacemos una segunda marca a 30 mm de la primera por el lado que habíamos marcado la X.
* Colocamos la plantilla sobre la cara exterior de la borda haciendo tope contra el canto superior. El extremo izquierdo de la plaquita de madera debe coincidir con la marca izquierda e la escopladura. Perforamos usando como guía el taladro en la plantilla. El taladro habrá coincidido sobre el extremo derrecho de la escopladura.
* Alineamos ahora la plaquita de madera con la marca derecha de la escopladura y perforamos de nuevo. El taladro habrá coincidido sobre el extremo izquierdo de la escopladura.
* Colocamos ahora la plantilla de modo que guiemos la broca entre las perforaciones anteriores. Podemos hacer esta alineación a ojo mirando por el taladro en la plantilla. Hacemos la tercera y última perforación.
* Con un formón bien afilado alisamos y limpiamos los bordes de la escopladura. Parece que lo más usual es escuadrar los extremos de la escopladura para que esta quede de forma rectangular. Es sin embargo más sencillo dejar los extremos de las cajas redondeados y rendondear a su vez y en su momento los espigos en los travesaños (lo mismo se aplica al caso de las costillas). Para limpiar los extremos de la escopladura se puede utilizar una gubia más o menos semicircular de 10 mm de anchura.
* Por último acabamos de alisar las paredes de la escopladura con una lima plana y otra redonda de diámetro adecuado.

Dependiendo de la anchura del travesaño nº 6 puede que tengamos que retrasar 2 cm hacia popa la caja para este travesaño para conseguir que su borde delantero quede definitivamente en línea con su correspondiente marca en la borda. En el capítulo correspondiente a los travesaños curvos se insiste sobre este punto.
Recordemos que para el masik no haremos ningún cajeado.

Paco García:
Biselado del canto superior de las bordas.

En todo este proceso de dar forma a los tablones que van a constituir las bordas del kayak nos falta un último paso. Biselar el borde interior del canto superior.

Debido al ángulo lateral, flare, con que colocamos las bordas para formar la cubierta, el borde interior de su canto superior estará a más altura que el borde exterior. Esto provocará sendas aristas en la tela que recorrerán la cubierta longitudinalmente de proa a popa, una por cada lado. Para evitar estas protuberancias, en el supuesto de que queramos hacerlo, tendremos que biselar los cantos superiores de las bordas de manera que una vez colocadas con el ángulo lateral que hayamos elegido, ese bisel presente una superfice horizontal donde se apoyará la tela con que recubramos el kayak.

Empezamos por marcar una línea a lo largo del canto superior de cada borda. Está línea será paralela al borde exterior de ese canto superior y estará a 6 mm de él. El gramil es la herramienta más útil para este tipo de marcaciones. Sobre el extremo puntiagudo de la borda, en la cara que redujimos a 20 x 35 mm de sección, marcamos con la falsa escuadra un línea que forme un ángulo igual al flare, 17º, con el canto superior y que tenga su origen en la línea longitudinal que acabamos de marcar. Esta línea inclinada nos marca la pendiente del bisel. En el punto de encuentro de esta línea inclinada con la cara interior de la borda arranca otra línea que debemos marcar y que recorre la borda a lo largo de la cara interior paralelamente al canto superior. Si usaramos la trigonometría veríamos que esta segunda línea que discurre por la cara interior se separa en todo momento 4 mm del canto superior de la borda (esto para una borda de 20 mm de grosor y un flare de 17º).



De nuevo las fotos ilustran el proceso mucho mejor  que las palabras.
Por cierto, el artilugio que se ve en la foto es el gramil que hizo mi amigo

Paco García:
Ensamblaje de las bordas

Diseño de la cubierta.

En la fase anterior perfilamos los dos tablones que van a configurar las bordas de nuestra embarcación (quizá fuera más apropiado hablar de regalas). Nuestro siguiente objetivo es ensamblar esas dos bordas definiendo el primer boceto de la cubierta. El trabajo adquiere un nuevo interés. Empezamos a ver formas que se asemejan a un kayak. Aún así no debemos dejarnos llevar por el entusiasmo. Esta fase tiene una importancia trascendental en la definición de la forma resultante de nuestro kayak y aunque nos sirvamos de algunos útiles y de algunas recomendaciones al final será nuestro ojo y nuestro buen o mal criterio quienes tengan la última palabra. Se puede decir que dos kayaks serán con toda seguridad distintos aún teniendo las mismas dimensiones y esta es una de las fases en que conferimos al nuestro un mayor grado de su distintiva individualidad, y lo hacemos además de un modo en gran parte subjetivo.
[float=left][/float]¡Al tajo! Lo más práctico en este proceso es hacer uso de cinco plantillas que fabricaremos preferentemente de tablero contrachapado de 20 mm de grosor. Para no aburrir con palabrerío lo mejor es una vez más referirnos a la figura. En las cinco plantillas los extremos laterales forman un ángulo de 73º con el borde superior e inferior, justo el flare. En todas, excepto en la central, la anchura puede variar ligeramente, pero es muy importante ser precisos en cuanto a ese ángulo de 73º. La anchura de las plantillas será tal que sus extremos laterales se apoyen en toda la anchura de las bordas sin sobresalir excesivamente.

Las tres plantillas interiores actúan como separadores mientras que las dos plantillas de los extremos actúan como tirantes.

La plantilla central tendrá una longitud total justo igual a la manga que hayamos elegido menos la anchura de las dos bordas en conjunto. Será el primer separador que coloquemos y lo haremos centrándolo justo en la línea central de las bordas. Algunos autores prefieren conseguir la mayor anchura del kayak a la altura del masik. Otra cuestión de preferencias personales.

Las dos plantillas de los extremos tendrán una anchura interior de entre 14 y 20 cm. Son las que colocamos a continuación, primero una en un extremo y luego en el otro. Al colocar la primera de ellas debemos tener cuidado. En el otro extremo las bordas se separarán tanto que se caerán del caballete a no ser que hayamos tenido la precaución de acercar ese caballete al centro de las bordas o de hacernos ayudar por otra persona. Hacemos avanzar estos tirantes hacia el centro del kayak hasta que los extremos de las bordas se toquen.

Ya tenemos colocado el separador central y los dos tirantes. Medimos la distancia de borda a borda a la altura de los travesaños nº 3 y 9. Tomamos la medida por el lado de los travesaños más próximo al centro de la embarcación. Estas distancias son las anchuras respectivas de las las otras dos plantillas que nos faltan por colocar.

Colocamos en su sitio los dos nuevos separadores, uno al altura del travesaño nº 3 y otro a la altura del travesaño nº 9 y los empujamos un poco hacia sendos extremos del kayak, el del nº 3 hacia proa y el del nº9 hacia popa. Aquí es donde empieza el juego. Cuanto más empujemos hacia afuera esos dos tensores más volumen conferiremos al kayak. Si queremos un kayak de uso general Cunngingham recomienda mover el tensor de proa una distancia igual a la mitad de la separación entre el travesaño nº 3 y el nº 2 y el tensor de popa un tercio de la distancia entre el travesaño nº 9 y el nº 10. Morris por el contrario recomienda que el tensor de popa esté más cerca del extremo que el tensor de proa. Con esto conseguiremos un poco más de volumen a popa compensando en parte el hecho de que en la mitad posterior del kayak la cubierta es más baja y su consiguiente implicación en una merma de volumen con respecto a la mitad anterior. Al dar un poco más de volumen a popa conseguiremos que el kayak no se clave tanto de atrás y reduciremos su tendencia a aproarse al viento.

Si lo que buscamos es un kayak de muy bajo volumen apenas si forzaremos el emplazamiento de eso dos separadores. Podemos obtener una indicación del volumen que estamos añadiendo al desplazar esos tensores quitando el tensor central y colocándolo atravesado sobre las dos bordas sobre la misma línea en que lo teníamos colocado, la línea donde queremos conseguir la máxima anchura del kayak. Si la separación entre las bordas es menor que la anchura de la plantilla central es que hemos añadido poco volumen mediante el desplazamiento de los otros dos separadores. Al contrario, si la separación que mantienen las bordas una vez que hemos retirado la plantilla central es mayor que la anchura de la plantilla es que hemos añadido una considerable porción de volumen. Según Cunngingham la diferencia entre la separación que mantienen las bordas y la anchura de la plantilla central no debe sobrepasar los 25 mm. La recomendación que nos da Morris es que ajustemos los dos separadores de modo que la separación entre las las bordas no varíe al retirar la plantilla central.

También podemos mover hacia el centro de la embarcación los dos tirantes de los extremos afilando más o menos las puntas del kayak y variando por tanto los volumenes tanto a proa como a popa. También aquí, según Morris, es conveniente que el tirante de popa esté más próximo al extremo que el tirante de proa para conseguir a popa un aumento relativo de volumen. En general debemos buscar fluidez de líneas evitando forzar en exceso la estructura.
[float=left][/float]
Una vez que hemos determinado la posición de las plantillas nos aseguraremos de que están perpendiculares a la línea central del kayal (el eje de simetría de las dos bordas). Una forma de hacer esto es medir a lo largo de cada una de las bordas la distancia de cada plantilla al extremo más cercano de las bordas. Las dos medidas deben ser logicamente iguales. Hecho esto marcaremos sobre las bordas la posición de las plantillas. Si se produce una caida o desplazamiento acidental de cualquier plantilla podremos volver a colocarla exactamente en la misma posición. No obstante para evitar esos despalzamiento accidentales colocaremos en cada borda un taco de madera que hará de tope a cada una de las plantillas por la parte más ancha de la abertura entre las bordas y sujetaremos el taco con una prensilla.


Biselado de la unión

Hay algunas tareas del proceso constructivo que a primera vista nos parecen casi imposibles de realizar y sin embargo, cuando nos explican el cómo, resultan sorprendentemente fáciles. Uno no puede dejar de pensar en esos viejos esquimales con admiración y respeto.

Este es el caso de la unión de las bordas en los extremos. Los tablones entran inicialmente en contacto solamente en un punto de cada extremo, la esquina inferior e interior del extremo de cada uno de ellos. Para aumentar la superficie de contacto entre ambos tablones debemos biselar sus extremos en un ángulo compuesto que como digo resulta imposible de calcular pero cuya ejecución es bien sencilla. Lo único que tenemos que hacer es pasar repetidas veces la hoja de una sierra entre las dos bordas justo por la unión. En cada pasada la sierra cortará un poco de madera de cada tablón biselando simultaneamente ambos tablones y aumentando paulativamente la superficie de contacto entre ellos. Para esta tarea es preferible usar un serrucho de tipo europeo de hoja más gruesa que los japoneses. Debemos ser cuidadosos y trataremos de cortar por igual ambos tablones. A medida que avanzamos en este proceso veremos que los extremos de las bordas se van estrechando en su parte inferior. Trataremos que las dos mantegan el mismo grosor.

Continuaremos pasando la sierra hasta que las bordas entre en contacto a lo largo de toda la altura de sus extremos o hasta que el grosor combiando de ambas sea de unos 25 mm por la parte inferior de la unión. Para ejecutar el trabajo pinzaremos las bordas con la mano izquierda, manteniéndolas apretadas una contra la otra mientras con la mano derecha empejamos la sierra en sentido descendente. Trataremos de hacer la pasada de la sierra en un solo movimiento vertical. La sierra cortará la madera al modo de una guillotina. El trabajo es sencillo pero fatigoso. La ayuda de otra persona que sujete y mantenga apretadas las bordas será de gran utilidad. Lo que no debemos hacer es sujetar las bordas con una prensilla, ya que tras cada pasada el asiento relativo entre ellas cambia ligeramente y tendremos que irlo reajustando a medida que avanza el trabajo, lo que haremos de forma automática si sujetamos las bordas con la mano.

Una vez que tenemos una buena superficie de unión entre los tablones cambiaremos la sierra por un pliego de lija de grano 80 doblado a la mitad. Al pasar la lija por la unión haremos lo mismo que hacíamos antes con la sierra, solo que ahora buscamos mejorar el acabado de los biseles o caras de contacto de las bordas. Si con la sierra hubieramos comido más madera de un lado que del otro podemos compensar ahora con la lija, pasando el pliego sin doblar de modo que lijemos solo del lado que ha quedado más grueso.

Alineación de centros y simetría del conjunto

Llegados a este punto es muy importante comprobar el resultado de nuestro trabajo. Observaremos meticulosamente la curva descrita por ambas bordas ¿Son perfectamente simétricas? Echaremos un cordel de punta a punta, lo sujetaremos en cada extremo entre la unión de los dos tablones y lo tensaremos. Un nudo simple ayudará a que el cordel no deslice entre las dos bordas. Lo tensaremos y comprobaremos que está exactamente sobre la vertical del punto medio de cada una de las plantillas. Una desviación de unos 3 mm fuera del centro de la plantilla central es aceptable, pero si el cordel se va hacia uno de los lados una distancia mayor de esos 3 mm debemos corregir la desviación.

Antes de nada debemos comprobar que hemos hecho correctamente todos los pasos anteriores y que las plantillas están correctamente colocadas en su sitio, si la respuesta es afirmativa y la falta de simetría persiste sabremos que uno de los tablones es más rígido que el otro. El cordel se desplaza fuera del centro de las plantillas hacia el tablón más rígido. Si la desviación del cordel no es muy grande podemos probar a sujetar con una prensilla uno de los extremos de las dos bordas unidas y deslizar en el otro extremo una borda con respecto a la otra. Observaremos que este deslizamiento relativo desplaza el cordel acercándolo o alejándolo del centro. Si esta operación es suficiente para corregir a falta de simetría, en el momento en que el cordel se sitúe sobre el centro de las plantillas con un lapicero hacemos una marca atravesada a las bordas en el extremo que estamos deslizando. Esta raya nos servirá para recordar el punto de encuentro de las dos bordas que sitúa el cordel sobre el eje longitudinal del conjunto.

Si lo anterior no es suficiente para corregir la falta de simetría podemos probar a separar ambos tablones y forzar la curvatura de la borda más rígida, o cepillar ligeramente esa borda más rígida para reducir ligeramente su grosor.

También puede ocurrir que el cordel se situe sobre el centro del separador central pero se produzca cierta desviación respecto al centro de alguna de las plantillas más exteriores. Esto sería síntoma de que uno de los tablones se dobla en exceso en alguna zona local o que uno de ellos es muy rígido en esa zona donde el cordel se desvía del centro. Si queremos reducir un exceso de curvatura en un tablón podemos cepillar ligeramente a un lado o al otro del punto donde se produce ese exceso de curvatura. Si queremos aumentar localmente el grado de curvatura de un tablón debemos cepillar ligeramente la zona donde queremos que se produzca la curvatura o hacer unos cortes verticales no muy profundos. Para esos cortes nos serviremos de una navaja o de un cuchillo y los espaciaremos uno o dos centímetros teniendo en mente que siempre podremos reprofundizarlos para aumentar gradualmente la curvatura del tablón en esa zona.

Paco García:
Travesaños rectos

Sin contar el masik tenemos en este kayak 11 travesaños de cubierta. De ellos 9 son rectos y dos, el 5 y el 6 son curvos. Vamos a ocuparnos ahora de los travesaños rectos.
Para hacer estos travesaños usamos una madera del mismo grosor que las bordas, 20 mm y de 4 cm de anchura. Lo más complicado del proceso es tallar en cada extremo una espiga que se acople en la correspondiente caja practicada en la borda. La complicación de este proceso está en que está unión se produce en un ángulo compuesto, o dicho de otro modo, son dos ángulos los que interviene en este ensamble. El primer ángulo a tener en cuenta se forma en el plano vertical y es consecuencia del flare que hemos aplicado a las bordas. Este ángulo vertical formado entre cada travesaño y la borda es por tanto constante e igual en este caso a 73º. Aún así mediremos el ángulo vertical en cada travesaño para tener en cuenta las pequeñas desviaciones que se hayan podido producir respecto al ángulo teórico de 73º.

El otro ángulo a tener en cuenta es el que se forma en el plano horizontal como consecuencia de que las bordas no son paralelas sino que se van cerrando hacia los extremos de la cubierta. Este ángulo es variable y por tanto distinto en cada travesaño. Para medirlo usaremos la propia borda. Colocamos el travesaño sobre la las bordas en la vertical de su posición definitiva y trazamos una línea por su cara inferior deslizando el lápiz apoyado sobre la cara interior de la borda. Después trasladaremos este ángulo a cada uno de los extremos del travesaño con la ayuda de una falsa escuadra.

[float=left][/float]Todo el proceso de marcado de los travesaño y corte de las espigas está ilustrado en las fotos y explicado a pie de ellas. Conviene realizar este proceso metódica y meticulosamente, entendiendo lo que estamos haciendo y comprobando que estamos marcando correctamente antes de efectuar ningún corte. Es importante recordar en todo momento que la espiga está al ras de la cara superior del travesaño y que el sobrante al recortar la espiga está del lado de la cara inferior. Prestaremos atención al lado en que está el sobrante. Un error tan tonto como común es cortar del lado de la espiga en lugar de hacerlo del lado del sobrante.

Cuando colocamos el travesaño sobre las bordas perpendicularmente al eje de la cubierta para trazar sobre él todas las marcas, es necesario alinearlo con las marcas de las correspondientes cajas más próximas al centro de la embarcación. Una vez que tenemos el travesaño en posición conviene inmovilizarlo con una prensilla dispuesta como se ve en las fotos pero sin apretar tanto que lo combe.

En las fotos se ilustra el proceso en uno de los extremos del travesaño. Aunque se supone que el otro extremo es simétrico es preferible repetir el proceso por completo en el otro extremo, recalculando incluso los ángulos vertical y horizontal y reajustando la profundidad de la escuadra deslizante. Si por cualquier causa una de las cajas está un poco más cerca de lo debido (o más lejos) del canto de la borda y no tenemos en cuenta el error, el propio travesaño tratará de levantar una borda con respecto a la otra forzando así el conjunto o dando como resultado el que una borda esté un poco más alta que la otra.
Es conveniente realizar los cortes por el lado del sobrante de las líneas, muy pegados a ellas pero sin llegar a borrarlas. Aquí será de gran utilidad una sierra de precisión como pueda ser el caso de una dozuki japonesa.

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