En lo foto un cepillo nº3 de Stanley Uno de los cepillos, junto con el nº4 de uso más general.
1- cuña. Al bajar la lengüeta (se aprecia mal en la foto) la cuña aprieta el conjunto cuchilla-contrahierro contra su asiento
2 Contrahierro. Debe estar bien asentado en su contacto con la hoja, razón por la cual también debe pasar por la piedra. Hay quien dice que las rebabas en el dorso ayudan a cortar las virutas. El contacto con el hierro es fundamental para que este no vibre y para que no se acumulen virutillas entre ambos.La cuchilla apenas si sobre sale 1mm más allá del contrahierro. Es importante que el contrahierro ejerza presión sobre la cuchilla justo donde esta está realizado el corte. La propia lógica nos lleva a pensar que no podemos apoyar el contrahierro sobre el bisel de la hoja. Estos cepillos están diseñados para trabajar con el bisel hacia abajo. El abultamiento que tiene el contrahierro en el dorso ayuda a que las virutas deslicen hacia arriba y no emboten la boca del cepillo
3 Hierro o cuchilla. Aparte de todo lo que ya se ha dicho un cepillo gana mucho si se pone una hoja más gruesa y de mejor acero. El problema es que una buena cuchilla pueda costar más de lo que hemos pagado por el cepillo. Algún día me permitiré un lujo, de momento me arreglo con la cuchilla que viene con el cepillo.
4- Palanquita para regular la inclinación de la hoja en sentido lateral. Moviendo la palanca hacia los lados conseguimos que la hoja sobresalga más por un lado que por otro si eso es lo que nos interesa o que salga por los dos lados igual de modo que el filo de la cuchilla quede paralelo a la suela.
5- En inglés le llaman frog que se traduce por rana. Es la pieza donde se apoya la hoja. Se puede desmontar y regular. Esta pieza está sujeta al cuerpo del cepillo por dos tornillos verticales. Si los aflojamos y giramos un tercer tornillo horizontal que está en la parte trasera veremos que esta pieza se mueve hacia adelante y hacia atrás variando la anchura de la boca. Un mal asiento entre esta pieza y el cuerpo del cepillo puede originar vibraciones al cepillar o que nos cueste poner la hoja de modo que el filo quede paralelo a la suela. Se suele planificar el asiento entre esta pieza y el cuerpo utilizando polvo de carburo de tungsteno y frotando una pieza contra otra pero no suele ser estrictamente necesario y de no estar muy seguros de lo que hacemos es mejor dejarlo estar. También se suele planificar con una lima fina o media la superficie donde asienta la hoja. Esto no es tan complicado pero sigue sin ser imperativo.
6- Rueda para regular la profundidad de corte de la cuchilla. La rosca es a izdas pero debido a la palanca sobre la que actúa de algún modo acaba por funcionar como si fuera a derechas. Hay gente que regula la profundidad de la cuchilla accionando la rueda con el índice en el curso de una pasada de cepillo por la madera. Yo francamente no llego a eso. lo que si conviene es que siempre quede un poco apretada. Es decir si giramos la rueda para reducir la profundidad de la hoja, daremos un último giro a la rueda en sentido de sacar más la cuchilla. De otro modo, al cepillar, la cuchilla se vendrá hacia atrás y perderemos la regulación que habíamos hecho.
7 cuerpo del cepillo
8 boca. La anchura de la boca está en relación con el grosor de las virutas que estamos arrancando y por tanto en relación con lo que sobresalga la cuchilla. En general la anchura de la boca debería ser unas décimas superior al grosor de las virutas que arrancamos. La parte delantera de la boca presiona las fibras de madera justo por delante del punto donde la cuchilla las está cortando. Esto impide que la cuchilla arranque las fibras en lugar de cortarlas como pretendemos. Cuanto más fino sea el trabajo que realizamos menor anchura de boca y menor profundidad de corte en la cuchilla. Como tampoco vamos a ajustar la abertura de la boca cada vez que variemos el ajuste de la cuchilla la gente suele tener varios cepillos con distintos ajustes. El cepillo menos "fino" que tengamos lo usaremos para trabajos de desbaste ajustando la cuchilla y la boca para arrancar virutas gruesas. En trabajos de acabado, para conseguir una superficie bien pulida habrá que cortar virutas finas para no arrancar la fibra en las zonas de grano más irregular y usaremos un cepillo ajustado en consecuencia.