Pues yo dejé de fumar, al menos en 4, 5 ó 6 ocasiones, y ahora llevo alrededor de 14 años sin catarlo.
La primera vez aguanté 6 meses por prescripción facultativa como consecuencia de una neumonía.
La segunda vez, lo dejé más tiempo, pero enganché.
Hubo alguna recaída y tras 6 años sin fumar, y a causa de un auténtico mal compañero de trabajo, volví a fumar, y trataba de engañarme a mí mismo fumando puritos.
Ya he dicho que hace 14 años que no fumo y ahora os diré que lo conseguí gracias a un tratamiento que en su día me costó 50.000 Pts. (unos 300 €) y que consistió en hacer ejercicio diario con una bicicleta de montaña, por la montaña. No había posibilidad de simultanear ambos vicios, ya que la garganta y los pulmones no lo soportaban, así que me decidí por la bicicleta.
Y lo que os digo ahora es que tras esos 14 años sin catarlo, estoy convencido de que si por la razón que sea me fumo uno, estaré exactamente igual de enganchado al tabaco que hace 14 años.
Hace unos 10, cuando llevaba 4 sin fumar, me fui a pescar a una playa no muy concurrida y en fechas no veraniegas. Monté la caña, coloqué el aparejo, puse el cebo y lancé. Justo cuando coloqué la caña sobre el soporte me entraron unas imparables ganas de fumar. Me puse súper nervioso y buscaba con la mirada a alguien a quien pedir un cigarrillo. Incluso pensé en recoger el equipo y comprar tabaco en el primer bar que encontrase, pero intenté calmarme y respirar hondo, así que conseguí que se me pasase este episodio de auténtico mono de tabaco.
La razón por la que me sentí así es que hacía más de 4 años que no me veía en esa situación, y siempre que pescaba, en el momento de dejar la caña en el soporte me fumaba un cigarrillo que me sabía a gloria bendita. La primera vez que repetí el ritual de pescar, pero sin tabaco, mi subconsciente o lo que quiera que fuese, me recordó que faltaba la nicotina a la que mi organismo estaba acostumbrado a consumir en esa situación.
Mi consejo es que se deje de fumar de la mejor manera posible, y esa es distinta para cada uno/una. Se vive mejor, se paladea más la comida y la bebida, no huele la ropa ni la casa ni el coche, se ahorra mucha pasta y se mejora la respiración.
En cuanto a lo de engordar o no, yo ya venía así de serie...
Rafa