Inuit, chapeau!!!!. Además de pescador fantástico, me has dejado conmovido por la belleza de las fotos. No me extraña el síndrome de sthendal. Hay momentos en los que la mar nos deja en una especia de babia (las mujeres, ni te cuento!!!, aunque empiezo a pensar que la condición de varón lleva consigo la bobería desde lo más íntimo de algún gen dominante unido al cromosoma Y).
Gracias por el enlace.