Yo tampoco veo que tiene que ver con la palabra “deporte”, el estar sentado con una caña en la orilla, esperando que un incauto pececillo caiga en la trampa. O el que está apostado (en un puesto) horas y horas, esperando que una perdiz se acerque al reclamo o que las realas levanten de sus escondites y madrigueras a liebres, conejos, jabalíes, ciervos, etc. En todo caso, es mas acertado el uso de la palabra “aficionado” (como habéis dicho), cuando se hace referencia al que no lo hace de forma “profesional” (que vive o comercia exclusivamente con ello). La mayoría de estos, no se alejan mas que unos metros que donde los deja el coche. En cambio algunos, echan varias horas para acceder al lugar donde van a pescar o cazar. Aun así el ejercicio que hacen, es en la aproximación y no en la práctica de la caza o pesca. Como si en nuestro sedentario trabajo de oficina, aplicamos que es una ocupación catalogada de activa, en los casos en que vas de tu casa al trabajo andando.
Distinto es, el que pesca desde un kayak al “curri” (por ejemplo), que está desarrollando un ejercicio para desplazar el kayak y el arte. O el que con gafas, aletas, esnorquel y arpón en mano, ojea y captura selectivamente su pieza. O el que caza en el monte al ojeo, en continuo desplazamiento.
Si bien es cierto que en nuestro país y para la mayoría de nosotros, el pescar no es necesario para sobrevivir, no hay que generalizar. Todavía hay ciudadanos, que la pesca “aficionada” es su sustento o de su familia junto con otrosproductos o parte de sus ingresos. Incluso jubilados, ingresan un extra en sus maltrechas economías, vendiendo sus capturas después de una jornada de pesca (no hay mas que ir a lonjas y puertos pesqueros y observar).
Incluso si no lo necesitamos de primeras, para nuestra subsistencia ¿Qué hay de malo en conocer y estar adiestrado y preparados, para momentos económicos peores o de simple supervivencia? Un curso de primeros auxilios, no quiere decir que te vayas a dedicar a las emergencias sanitarias. En cambio, se trata de estar preparado para cuando acontezca cerca de ti un accidente, asegurar la supervivencia de tus semejantes, hasta que la llegada de profesionales, estabilicen finalmente sus constantes vitales o las lesiones que padezcan.
Al igual que cuando hacemos cursos de bricolaje casero, no quiere decir que te vayas a dedicar a la fontanería, electricidad, pintura, etc. Pero te adiestras y estarás preparado, para afrontar averías en tu domicilio, a veces solo parcialmente hasta la llegada de un profesional que las repare o a veces incluso lo conseguirás tu mismo definitivamente, sin necesidad de este.
Estamos cada vez mas acostumbrados en la sociedad moderna (afortunadamente, solo se da el caso en las grandes ciudades), en que no veamos la necesidad de estar preparados para nada, que no sea estrictamente en referencia de nuestra profesión. Somos médicos, mecánicos, albañiles, abogados, etc. y con nuestro dinero, que nos aporta nuestro trabajo, compramos los víveres que necesitamos “todos los días de nuestra vida”. En cambio, si nos vemos envueltos en crisis, guerras, catástrofes o simplemente la perdida de nuestro trabajo, estamos condenados al fracaso y la mendicidad. Incluso en casos extremos, a nuestra muerte y la de los nuestros, si nos hemos perdido en el monte o en la mar. El fenómeno de la mendicidad, se observa cuando el sujeto que la practica, no está cualificado para “buscarse la vida”, trabajar en otra cosa a la que la sociedad (o el mismo) le cualificó, por enfermedad o incapacidad psíquica o motora, o simplemente por la “comodidad de poner la mano” y apelar a la buena voluntad del resto de la población.
Si a lo largo de nuestras vidas, creemos en la “utopía” del respeto a los demás seres vivos (incluso a las plantas) y no tener que dañarlos y la podemos llevar a la práctica, somos unos auténticos afortunados. Pero si en algún momento no podemos, por las razones que sea (o las anteriormente expuestas), la vida te pondrá mas tarde o mas temprano en tu sitio. La característica y el éxito de la especie humana sobre otras, es que en su expansión por el planeta, ha sido cazador, recolector y oportunista (carroñero), de todo lo que encontraba a su paso y sin estar especializado en ningún tipo de alimentación (siempre ha sido omnívoro).
Tampoco hay, ni ha existido en la historia, ningún grupo social que haya sobrevivido sin dañar animales y plantas, a excepción de algún reducto de monjes (budistas, hinduistas, etc.) que, o viven de la beneficencia o es tan reducido su número, que realmente son autosuficientes (en cualquier caso, no es un ejemplo valido, ni aplicable para grupos numerosos y menos aun, para toda la humanidad). Por lo que no quiere decir que sea una situación normalizada, solo se trata de excepciones muy, muy raras por reducidas.
Si lo vemos con un punto de vista mas pragmático y cuantitativo, nos planteamos que un humano (cada individuo) necesita algo mas de dos hectáreas para autoabastecerse (sin ser cultivos intensivos), haciendo rotaciones y cambios o rotaciones de productos en el huerto y sus pautas de descanso o “barbecho”, como se estipula en la agricultura tradicional y consumiendo solo las frutas, hortalizas, cereales, etc. sin hacer daño a la planta, que no existan plagas, ni fenómenos meteorológicos que destruyan estas cosechas y además podamos compartir espacio con otras especies herbívoras, sin perjudicarlas, ni que ellos perjudiquen estos cultivos para humanos, así como todos sus depredadores. ¿Cuántos planetas tierra necesitaríamos para los miles de millones de humanos, así como de las demás especies? ¿Cuanta agua para regadío? ¿Sería posible remotamente esta situación? (haced números y caed de vuestro acierto o error).
Yo hace muchos años que no cazo ni pesco, pues me lo puedo permitir, pagando con dinero y trabajo, los víveres necesarios. Pero si algún día no pudiese, no os quepa duda, que cazaré y pescaré cuanto necesite, para la supervivencia de los míos y de mi mismo. A lo largo de mi vida practicaré y refinaré, todo tipo de habilidades que me capaciten para ello. En los cursos que recibí e impartí sobre supervivencia extrema, se notaban los distintos entornos sociales que se nos daban, entre nuestros compañeros y alumnos (como ya he dicho, en dos grandes grupos, los que provenían de las grandes ciudades y los que lo hacían de zonas rurales, pueblos y ciudades pequeñas). Las “enfermedades” que traían (como así las llamábamos), se llamaban ética, religión, filosofía, escrúpulos, condición económica y social, etc. casi todas estas, se “curaban” con “hambre y necesidad” y muy pocos suspendían estos cursos. Estos últimos, en una situación real, la naturaleza no les hubiese dado otra oportunidad y como a todos los débiles, los haría desaparecer o extinguirse sin contemplaciones. Los demás, se convertían en hombres libres en la naturaleza, con la autonomía suficiente, de vivir por sus propios medios y los recursos que les daba esta.
Respecto al respeto y prácticas. La cinegética, no solo es una forma de alimentarse. Es un negocio y un recurso económico, para que muchas personas puedan vivir dignamente (guardas forestales y de cotos, propietarios de fincas, realeros, acemileros, peones forestales, maquinistas, veterinarios, etc.), en zonas rurales y no emigren en avalanchas, a las grandes ciudades (que sería a su vez un problema, como lo ha sido a lo largo de la historia y de la geografía del planeta). Son los propios cazadores, los que conservan el monte, reparan manantiales, cultivan cereales y repueblan los montes de especies animales, que por una u otra razón se extinguen (falta de comida, de agua, enfermedades, exceso de depredadores, alteración del equilibrio en su ecosistema, etc.), aunque también es cierto que la falta de depredadores o ruptura de este equilibrio, a veces ha sido causa directa o indirecta del hombre y de antiguas practicas, que se han rectificado en la medida de lo posible. La regulación y supervisión de la caza es esencial. Como dato, un solo año (si mal no recuerdo, fue en el 89) que no se contemplaron las suficientes batidas programadas, en la Sierra de Gádor (en Almería), provocó un aumento demográfico de jabalíes, que llegó a considerarse casi una plaga, pues para alimentarse estos animales y al no haber suficiente en esta sierra, destrozaron los viveros forestales, así como los cultivos de las distintas vegas, de las poblaciones contiguas. La contramedida que se tuvo que aplicar, fue que los propios forestales, fuesen equipados con armas y abatiesen a todos los jabalíes que viesen. Aumentaron las batidas, hasta que la población de estos animales, volvió a estar bien regulada. ¿Qué hay de malo en la caza selectiva de un ciervo, jabalí, etc., que por su edad, ya ha cumplido con su ciclo en la naturaleza? ¿A caso se les dispara a las hembras jóvenes o preñadas? ¿Y a los machos jóvenes? Quizás los sistemas de caza menos selectiva, sean los condenables (trampas, cepos, lazos, etc.), pero esos son los que utilizan los furtivos y los que persigue y castiga la ley e incluso los propios cazadores “legales”.
También son condenables los sistemas de pesca “profesional”, que una vez sacado el arte, se selecciona y te tira al mar (algunos ya muertos, moribundos o con amputaciones de apéndices o extremidades), especies que no dan la talla o que no son comercializables, o que aun siéndolo, no son lo suficientemente valorados en el mercado. Los que utilizan explosivos (afortunadamente esta practica hace unas décadas, que al menos en nuestra costa ya no se utiliza), los que no respetan los caladeros, las fechas de reproducción, las zonas de paso estacionales, las redes ilegales o a la deriva, que no respetan ni seleccionan a sus capturas. Las redes abandonadas, por enganches fortuitos con los fondos o envejecidas, que caen o las tiran al fondo y siguen con su cometido mortal, de todo animal que pase por ahí, así como de aquellos que intenten depredar a los que ya han caído. ¿Que hay de malo con sacar tres o cuatro piezas y que después vas a comer? ¿O si no es así, las devuelves al mar lo antes posible, sin generar daños o minimizarlos en su posibilidad? ¿Qué hay de malo por estar preparado y adquirir habilidades, que de no tenerlas, te condenarán en caso de penurias o crisis extremas? Hay pescadores “profesionales”, que ven en los “aficionados” una competencia y un peligro en sus intereses, sin darse cuenta que son ellos sus propios enemigos y que empleando históricamente los procedimientos anteriormente mencionados (algunos métodos se emplearon hasta hace poco años, otros los siguen practicando), son los que han provocado su propia crisis y la desertificación de sus caladeros habituales.
Jilar. Es cierto que me he reído mucho, de tu antigua justificación, en el aprendizaje de los peces que soltabas. Hay un calificativo, que al menos se utiliza por estas tierras y que yo utilizo mucho para los olvidadizos o que tienen facilidad de olvidar las cosas. Se les dice a estos individuos, que tienen “memoria de pez”. Los peces no conservan aprendizaje alguno y reaccionan por impulsos e instintos. Si tienen necesidad de comer y ven algo que les sugiere alimento, lo cazan, aunque a veces se trate del cebo de un pescador. Aunque los sueltes seguirán teniendo hambre y comiendo las propuestas que les hagas, enganchadas a tus anzuelos. Muy probablemente, habrás pescado de esa forma, varias veces a la misma trucha.
Para terminar, pienso que no hay conductas malas ni buenas, en los que cacen o pesquen como afición, si luego es para comérselo y que el sacrificio sea lo menos agónico para el animal. No se trata de exterminar a una especie y cuando sea esa la cuestión, sería defensor de lo contrario. El equilibrio es la perfección. Por otra parte, el que se sienta preparado para subsistir en momentos de extrema penuria, será feliz. El que no sepa, o no lo haga y no pueda pagar sus sustento, se extinguirán por sus propios medios o por inanición.
Este no deja de ser un tema de filosofía mas, que de caza o de pesca, como puede ser la religión, la política, las diferentes culturas, los gustos musicales, las artes, etc. Todos tienen sus seguidores y detractores. El que piense que es mejor si practica o defiende algo de lo anterior, o no, está equivocado. Son temas que despiertan siempre interés y su importancia es simplemente que te hacen pensar, razonar, discutir y en definitiva ser humano y libre de pensar en lo que quieras (y de ver menos la tele, cuando el tiempo no acompaña para salir a palear).
La ausencia de fronteras, de dinero, clases sociales, de razas, de credos, etc., son otras utopías recurrentes. Pero que en este foro de kayak de mar, es mas difícil de englobar.
Un saludo. Seguiremos pensando y analizando, temas trascendentales o no, pero por favor, no dejemos de pensar.