Ayer martes 7 de septiembre se desató un incendio provocado en dos focos a las 19.00 horas y con fuerte viento de poniente en Murcia, en el paraje situado entre Cieza y Calasparra, próximo al pantano del Quípar y afectando a las sierras del Molino, Palera y Almadenes por donde discurre el río Segura a través del cañón que lleva su nombre.
La cercanía a Calasparra concentró los esfuerzos para su contención en este flanco opuesto al viento que quedó a salvo, mientras las llamas aventadas crecieron de forma incontrolable escalando con rapidez las escarpadas laderas de la sierra y extendiendo el frente a una longitud de cuatro kilómetros en el intervalo que precedió al anochecer, cuando cesaron las labores aéreas y terrestres por la dificultad de acceso a las zonas en combustión y el riesgo evidente para los operativos humanos que cualquier intervención hubiera conllevado.
El cese del viento al anochecer coincidió con la ascensión de las llamas a las cumbres de las sierras, esta circunstancia fue providencial para la ralentización del avance del fuego que, unido a la humedad nocturna y al menor avance de las llamas que el descenso de las laderas propiciaba consiguió que lo que el día anterior se pronosticaba incontrolable quedara a la luz del día al alcance del los servicios de extinción.
Han ardido mil hectáreas de pinar y monte bajo en zonas escarpadas, la mitad de las cuales fueron pasto de las llamas una década atrás y cuya escasa densidad de vegetación limitó la velocidad de avance del fuego. Esta serie de circunstancias afortunadas en la desgracia han supuesto que este desastre ecológico no haya tenido una dimensión catastrófica, el fuego ha quedado controlado durante la jornada de hoy miércoles 8 de septiembre a las puertas del Cañón de Almadenes, algunas de cuyas laderas han quedado arrasadas.