Uno de los pinos tumbados hace escasos meses por el viento sobre el lecho del río Segura en Almadenes me ha proporcionado la madera del futuro masik. Descubrí la rama en cuestión hace semanas y ayer marché a por ella.
La corté sin dificultades con un serrucho, la corteza húmeda y casi podrida se desprendió fácilmente en cuanto cayó al agua, pero la madera estaba perfectamente. Al terminar la operación metí el tronco en el compartimento delantero que no pude cerrar y paleé río arriba hasta terminar mi recorrido.
Bajé del kayak al principio del Cañón bajo el talud que forma la orilla de unos dos metros de altura, no puedo ver nada de arriba, ni ser visto. Estaba cortando un poco el tronco del masik y pelándole la corteza cuando un ruido proveniente de arriba me distrajo.
Es la primera vez que veo un ciervo en esta zona. Un macho enorme con una sola cuerna de muchas puntas bajaba trotando por el medio del agua, apenas le cubría las rodillas y nos asustamos mutuamente. Dio la vuelta y galopó hacia arriba, yo me monté a toda prisa sin atinar a fotografiarlo, me corté intentando guardar el serrucho apresuradamente, me mojé, paleé todo lo veloz que pude y alcancé a verlo en un meandro.
No se salió del río, al bajar inspeccioné cuidadosamente las orillas con sus tortugas recién despiertas del letargo invernal y ni un rastro.
Esto me dejó un poco triste, no es normal ver un ejemplar de estos tan dentro de la Murcia “habitada”. Bajaba usando el curso del río como camino, ¿Cómo si no? El pobre, nada más salir del lecho fluvial se hubiera encontrado con carreteras, caminos, cercas sin fin que bloquean el paso natural, un laberinto mortal.
¿De dónde vendría? Quiero creer que es un macho joven buscando su propio sitio, su familia, que usa la ruta mas oculta para desplazarse entre sus islas vegetales a través del océano hostil formado por el hombre y sus casitas, cercados, carreteras y escopetas.
Caigo en la cuenta que con el caudal de otoño e invierno estos animales podrían desplazarse decenas de kilómetros ocultos por los muros de cañas de las orillas del río y a dos metros por debajo del nivel de los campos laterales.
Buena suerte amigo, te la deseo de corazón, ojala pudiera hacerlo también de cabeza.