Le estoy cogiendo cariño al color, el sábado con mar oscuro y viento de levante fuertecillo destacaba mas que ninguno. Salí con Alejandro Agüera, él con su pala de cuchara y yo con una liminar de Aircuatic (la mía de toda la vida), y el barco anda mucho, pero mucho.
Surfeando las olas se subía el agua sobre la cubierta, entre Alejandro y yo no se veía barco, sólo agua. Cuesta mucho en empopada corregir el rumbo, mucho peso y velocidad. Cogimos puntas contra las olas de 11 km/h sin apretar a fondo, al lado de un Think de Edu (una preciosidad de surf-ski). La pala esquimal va muy bien en individual y en el doble de paseo, pero la verdad es que apretando no hay como hojas anchas, ya verás Monociclista, ya verás.