Mi opción es hacerle caso a lo que dice mi fabricante. Hay demasiados datos por ahí pululando, e incluso llegan a contradecirse (el reciente caso de la silicona que hemos comentado según el fabricante), cada marca recomienda sus mantenimientos y productos. No seré yo el que experimente con mis compras

la silicona es un peligro para el latex....por lo visto y he leído....
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También podría servir la glicerina, hidrosoluble y que por tanto no va a dañar el látex.
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Verás que en este tema se ha hablado algo más en profundidad de la protección del látex, y digo protección (a los temidos rayos UV), no sólo darle apariencia de nuevo o brillante, o lubricar.
http://www.kayakdemar.org/index.php?topic=15326.msg195568#msg195568Te enlazo ahí que acabo de pegar un enlace a mi blog donde comento mi caso, pero leyendo respuestas anteriores verás más opciones, en una de ellas hablo de la glicerina.
Pero sigo pensando igual, la glicerina, sí, lubrica y da aspecto de brillante /nuevo, pero no sé nada de su protección ante los UV.
Y que sea hidrosoluble no quiere decir que no vaya a dañar el látex (entiendo que has leído por varios sitios lo de que se deben usar lubricantes con base de agua para el látex, y evitar los aceitosos, que son los que dañan el látex)
Usan látex (lo que no sé es si es natural o sintético) porque debe ser el material que mejor les cumple. El caucho no tiene la elasticidad del látex, y seguramente no lo vean como una opción viable. Cuidándolo tiene que durar lo suyo. No hay nada eterno

Por cierto, ya que estamos en el tema de cremalleras, también se lee que el látex hay que lavarlo con jabón neutro (un poquito y con agua), pues se podría usar para la cremallera un jabón de este tipo. De siempre la gente ha lubricado las cremalleras con ceras, velas y jabones. Los jabones llevan lípidos (grasas) que sería lo que facilita el deslizamiento.
En fin, si no nos queremos arriesgar, hay que seguir las recomendaciones del propio fabricante. Yo lo tengo claro.
Por cierto, hoy he estrenado mi traje seco, qué delicia, pero qué delicia.

Costarán un ojo de la cara y habrá que mimarlos más que a la parienta, pero las posibilidades que te dan son inconmensurables
