Estimado Jose Angel, te felicito por el relato. Es genial y nos permite revivir a unos los buenos momentos de kayak en Lanzarote y a otros poder conocer las vicisitudes y fuertes emociones que hemos compartido un grupo de amantes del kayak expedicionario en autonomía.
Primero quiero unirme a tu agradecimiento hacia Andrés Ybañez (Lanzakayak) por su exquisita y rigurosa organización de la Vuelta. “Lanza” no solo ha ofrecido a los participantes todo el apoyo logístico y técnico sino que también nos ha brindado una vez más su inagotable hospitalidad.
Por su puesto, quisiera extender mi agradecimiento a todos los compañeros de viaje, unos excelentes palistas que han demostrado en todo momento su pericia marinera, su sentido del humor (he contabilizado unos 20 chistes por día), y sobretodo su compañerismo y adaptación al grupo.
COMENTARIOS ADICIONALES A LAS ETAPAS 1 y 2
Sobre los preparativos:
Parte de la organización de cualquier expedición implica el avituallamiento. A parte de las latas, comidas semipreparadas, fruta, agua, etc. en esta Vuelta es costumbre cargar los kayak con unas botellas de Ron-miel. Alguien se preguntará qué hacen unas pesadas botellas de ron-miel sumando peso a un kayak que ronda los 50 kg de carga. Pues resulta que ARTEMIS, el fabricante de ron miel de las islas Canarias, es nuestro principal sponsor, a diferencia de otras expediciones que cuentan con el apoyo de Garmin, Kokatat, Kari-Tek, etc. ¡Así que no nos queda más remedio que beber este dulce y alcohólico brebaje!
Sobre la gastronomía:
Otra de las características que hacen única la Vuelta a Lanzarote en Kayak es el nivel culinario. No se concibe terminar una etapa sin una cena basada en elaborados platos de gourmet. Normalmente, en cada cena se unen dos o tres iniciativas gastronómicas y acabamos con una deliciosa cena de degustación donde las latas se transforman en deliciosos y exuberantes platos, el aceite de oliva virgen (esta vez aportado por Trujo y Patapalo) se transmuta en salmorejo y all-i-oli y los sofritos de cebolla, ajo, comino y champiñones naturales dan sabor a rissottos y demás elaborados de pasta italiana y arroces. Los desayunos reciben también una especial atención, a base de leche, cacao, infusiones, café de cafetera (Trujo) que se prepara en una cocina Trangia modificada (Andrés) especialmente para adaptar la cafetera… Madalenas, galletas, foie-gras, jamón, embutidos se combinan para proporcionar nuestras necesidades nutricionales del día.
Sobre las olas:
Podeis comprobar en windgurú que cuando hay mar de fondo en las Islas Canarias son habituales las olas de períodos superiores a 9 segundos y alturas de más de 2 metros. Este régimen de mar de fondo es el que tuvimos como media a lo largo de la travesía. Comenta Patapalo el caso de una ola que se formó y por poco me coloca de percebeiro en los escollos. Entre Arrieta y Orzola hay varios “hot spots” surferos. El tema que se comenta sucedió al norte de Punta Mujeres. Ibamos navegando agrupados y en esa posición detecté una zona en la que se formaban unas olas surferas interesantes. Es más, vi que había una pareja haciendo surf y me pareció una zona segura para probar de pillar una ola. Me separé un poco del grupo indicando mis intenciones a Lanzakayak y me posicioné para coger una ola. Estuve mirando las series y vi que las olas eran de izquierdas y de suficiente energía para acelerar mi lento kayak hacia zona segura alejada de las rocas. Mi principal curiosidad era comprobar el comportamiento del kayak en la ola estando totalmente cargado. Sabía que la maniobrabilidad de un láser de expedición cargado sería más limitada que si estuviera vacío. Una vez analizado el escenario me dispuse a seleccionar una ola “soft”, me posicioné y a unos pocos metros de arrancar oí claramente el aviso de Lanzakayak que me indicaba la aproximación de una segunda ola pero de mayor altura, por lo visto era la “hard” de la serie. Tenía unos segundos para reaccionar. Deje pasar la primera ola y maniobré el kayak disponiéndolo en diagonal. Realicé 4 paladas potentes hacia la izquierda y en ese momento realicé una maniobra de aceleración y escape, una especie de “cut-back” o “U-turn”, no sé como se dice. Noté la aceleración del kayak y la inercia al giro en el momento de apoyar la pala sobre la ola. Afortunadamente la maniobra resultó satisfactoria y pude salir sin más complicaciones. Al final del día, al comprobar las estadísticas de navegación en mi GPS, registré una velocidad máxima de 20,1 km/h, muy cercana al récord de K1 Olímpico (200 metros en 34 segundos). ¡No está mal para un láser a plena carga! Esa velocidad es la que me permitió escapar. De haber intentado aproar el kayak, me hubiera encontrado probablemente desparramado en las rocas, tal y como describe Patapalo. Gracias a todos por el aviso y evitarme un revolcón!