El dia 23 de diciembre tenía intención de realizar un “desafío” que me había propuesto. Un poco a lo Calleja salvando las distancias
-LUGAR: Embalse de Canelles.
-OBJETIVO: Travesía corta en kayak hasta llegar en el corazón del estrecho de Fet, donde desembarcar y subir una ladera salvaje, sin ningún tipo de senda o camino, hasta un fantástico mirador situado en la parte central del embalse, a casi mil metros de altura. Contando que el nivel del agua estaba en los 466 msnm (metros sobre nivel del mar) serian unos 500 m de desnivel. Y lo complicado del tema es que no existe ningún camino… y todo ello en solitario.
¿Y cual fue mi sorpresa al llegar a las inmediaciones del pantano? NIEBLA:
Una espesa niebla que reducía la visibilidad a escasos siete u ocho metros de distancia. La verdad, desde la cima de la sierra d’Alberola, antes de entrar en la niebla daba un poco de… repelus, digamoslo así. La temperatura, a medida que descendía con el coche hasta llegar al agua iba bajando hasta llegar a los 2 grados. I allí, a ras del agua la niebla lo cubría todo.
Así que descargué el kayak preparé todo el material y punto crucial en esta salida, conecté el GPS con el que pude saber en todo momento donde estaba. Desde luego que sin él, y sin ninguna otra ayuda a la navegación, no hubiera emprendido esta aventura. De hecho era la primera vez que navegaba a ciegas, solo apoyándome en su lectura.
E inicié la navegación. Al poco rato apareció ante mí una pequeña isleta coronada por una ermita que normalmente yace sumergida, pero dado el bajo nivel del agua, actualmente se puede visitar.
Fue emocionante verla emerger de entre la espesa niebla con su contorno difuminado. Y luego desembarcar en una zona que probablemente vuelva a inundarse la próxima primavera.
Al rato volví a embarcar, esta vez rumbo al canal central cuya entrada tenía que localizar para poder remontarlo. Allí en mitad del lago, sin ninguna referencia visual, fue donde realmente viví una experiencia única. Ningún ruido, solo una ligera brisa helada pero que no lograba despejar la niebla. Al frente, derecha, izquierda….el mismo paisaje. Niebla densa.
Finalmente el GPS me indicaba que me hallaba justo delante la entrada al canal pero yo algo desorientado no la veía hasta que me percaté de que me costaba más avanzar con mi kayak… signo de que me encontraba justo enfrente de la entrada y de que la corriente del agua en ese lugar dificultaba un poco el avance.
Allí navegué un rato entre acantilados desfigurados por la niebla hasta que llegue a la falda de la ladera que quería remontar a pie. Dejé el kayak amarrado a un gran tronco caído y empecé la ascensión, todo el rato sumergido en la niebla y bajo las indicaciones del GPS. Al cabo de subir la niebla fue desapareciendo hasta descubrir un día radiante, sin apenas frio.
I allí empezó mi verdadera aventura. Subir por una ladera muy empinada, sin ningún tipo de senda, de tartera en tartera, buscando los claros entre los densos matorrales y encinares, siguiendo algún tramo que el paso de los jabalíes había despejado un poco… fue un duro ascenso en solitario hasta los 790 msnm. Allí, y tras superar una barrera rocosa de unos dos o tres metros de altura decidí parar.
Las cosas se complicaban más. Me aproximaba a otra barrera, esta más alta, para luego llegar a una afilada cresta… y yo solo, sin cuerda ni material de escalada decidí que ese era el momento para volver atrás. No quería complicarme más la vida.
A la vuelta me esperaba una espectacular sorpresa. La niebla en el estrecho había desaparecido pero, al entrar otra vez al gran lago pude contemplar una imagen increíble.
Todo el lago estaba despejado pero por encima de la sierra de Alberola, justo en la parte que es partida por el rio Noguera Ribagorçana y donde está situada la presa, una autentica cascada de niebla intentaba atravesar hacia el otro lago para volver a invadir la basta extensión de agua. Una “cascada” enorme que asomaba por la parte superior de la sierra para luego descender por el valle para ir desapareciendo sobre el agua. Un autentico espectáculo.
En fin, esta es mi crónica de un día de niebla y kayak en Canelles. Finalmente no llegué a completar mi “desafio”… pero puede que lo vuelva a intentar de nuevo, esta vez desde el pueblo abandonado de Finestres y siguiendo un camino algo olvidado y muy poco transitado, pero al menos con una senda a seguir. El fantástico Mirador de las Sabinas me espera hasta otra ocasión.
¿Algun otro aventurero kayakero se apunta a mi “desafio”?Será questión de proponer alguna quedada para realizar tal objetivo.
Nos vemos en Canelles