La verdad es que para hacer estas palas, lo que hace falta es un amigo que te sepa orientar y guiar, como fue nuestro caso, la ventaja que tuvimos fue la magnífica compañía y un tiempo estupendo, que más se puede pedir, de herramientas, un lápiz, una regla, una sierra de calar, un cepillo ( de los pequeñitos), una navaja y lija, aparte del tablón y las ganas de trabajar claro, lo de remar con el " palo lijao", cada vez estoy más contento, de hecho el descenso y ascenso del río Palmones ( no es el medio más idóneo para ello pero sirve para seguir acostumbrándose a su manejo) lo hicimos con estas palas, y genial, pese al cachondeo de más de uno ( no se rieron tanto cuando soplaba viento). Ángel, espero poner también voz y como no cervezas cuando coincidamos, estoy seguro de que lo haremos, por mi parte tienes una ronda a mi cuenta y como no a todos los que paséis por esta tierra que está tan al sur o al norte depende de donde se mire.