POR LA RUTA DEL CAPITAN NEMO
Categoría: Moderno
Autor: José Félix Millán Baquero
nick: Balay2
Sipnosis :
Pues ahí va una de nuestras primeras rutas, cuando aún teníamos los hinchables, aún los conservamos, ellos nos introdujeron a este apasionante mundo y les tenemos cariño Smile
RUTA DEL CAPITAN NEMO
Denomino así esta ruta porque, al inicio de la misma, en la salida por la playa de Cesantes, lo primero que ves (aparte de la coqueta isla de San Simón) es una estatua con truco: si está la marea alta verás la estatua del Capitán Nemo del Nautilus, personaje de la mítica novela de Julio Verne “20.000 leguas de viaje submarino” según baja la marea verás a un buzo, de pie con la escafandra de aquella época, portando lo que parece ser un cofre y, con la marea totalmente baja podrás ver a un segundo submarinista que está en posición agachada, pero esto es sólo el principio de lo que puedes encontrar en esta ruta que voy a intentar describir.
En primer lugar, deciros que mi mujer (Marichu) y yo (Félix) somos unos novatillos en esto del kayak y que nuestro “equipo” (y ya veréis el porqué del entrecomillado) está formado por sendos “flotadores avanzados” – no me atrevo a llamarlos kayaks - hinchables comprados en un supermercado de nombre impronunciable este verano, en principio para disfrutar en la playa como una especie de juguete; en las fotos los podéis ver en todo su esplendor… para nosotros, ya sé que más de alguno en estos momentos se está tirando por el suelo de la risa, pero quiero destacar que si quieres disfrutar de este precioso deporte, en principio no es necesario un gran gasto, claro que después de haberte picado el gusanillo se te hacen pequeños rápidamente, pero para los que no podemos montar baca en un coche, son una buena opción, de todos modos claro que le hemos echado el ojo a más de uno, ya que el veneno del KDM está ya en nosotros y esperamos que un par de mid-way sean de nuestra propiedad en no mucho tiempo, quiero hacer un inciso para deciros que tanto es así, que Marichu que no se atrevía a alejarse 10 mts. De la orilla y siempre haciendo pasadas paralela a la misma, ahora sigue el recorrido sin problema alguno, incluso una vez que la perdí de vista por un “pequeño” problema (me perdía aire por una válvula mal ajustada y ya estaba con el culo literalmente bajo el agua, creo que nunca fui más rápido, incluso nuestro gran campeón olímpico David Cal tendría dificultades para pasarme, pues cuando llegué a la orilla y me giré para ver donde estaba, la veo tan feliz bordeando la isla) y que yo estoy dispuesto a cambiar mi amado Fiat Barchetta por un monovolumen ó similar que pueda llevar nuestros futuros kayaks.
Por supuesto que esta ruta es de nivel de dificultad bajo, en primer lugar por la ubicación de la Isla de San Simón, al final de la Ría de Vigo y en la desembocadura del Río Verdugo, por lo que la mayor parte de nuestro recorrido se hace por esa ensenada, donde los vientos, tapados por el sur en parte por dicha isla y por el norte por los montes cercanos, hacen este sitio muy placentero, con muy poco oleaje y, salvo con mareas fuertes, una ligera corriente que en nada afecta la navegación. La Isla de San Simón es la que marca el final de la ría de Vigo, porque ya todos sabéis que la entrada está presidida por las magníficas Islas Cíes; se encuentra a una distancia de unos 300 mts. desde la playa y se puede recorrer fácilmente todo su perímetro, teniendo especial cuidado si la marea está baja con la lengua de playa que se acerca hasta 50 mts. de dicha isla a la cual puedes acceder ya que hay visitas guiadas por la misma, porque es de titularidad pública, en un tiempo fue cárcel y también había un lazareto para tratar a gente enferma de lepra.
Desde la ya citada Playa de Cesantes que es muy cómoda de acceder, con buen aparcamiento pegado a la playa, ¡con duchas! Tienes multitud de recorridos: hacia el norte puedes ir hacia el ya citado Río Verdugo y subir por él, ya que al final del recorrido, como la mayoría de los ríos ya baja muy suave, hacia el sur puedes ir hacia la Ría de Vigo, pasando por debajo del imponente Puente de Rande, también puedes cruzar la Ría e ir a la zona de Vilaboa ó Cangas, pero nosotros, dado el escaso nivel del material y nuestro, primero nos dirigimos a la isla para rodearla y luego recorrido dirección norte a no más de 100 mts. de la orilla, aunque de todos modos aquí es muy suave la playa, con lo cual puedes adentrarte casi a esa distancia y, con la marea baja poder ver el suelo a un metro de profundidad, lo que aparte de darte mucha tranquilidad, también te ofrece la opción de ver la fauna y la flora acuática, que en esta zona está compuesta por algas verdes (lechugas de mar), alga parda y una fanerógama marina, de modo que la mayor parte del lecho marino está alfombrado por estas plantas, que a la vez son refugio para lubinas, chocos (sepia) cantidad de múgeles de gran tamaño (que pena que no sean comestibles) éstos últimos los podrás ver muchas veces en superficie y en cuanto te acercas un fuerte coletazo –con el consiguiente susto si ibas despistado- te indica que ya han detectado tu presencia, yo llevo unas gafas de sol polarizadas y os las aconsejo, porque quitan muchos brillos a la superficie del agua y la visión del fondo es casi perfecta.
Una vez iniciada la ruta y con la cadencia de paleo ya tomada, puedes recrearte viendo las casas que están a pie de la orilla, unos chalets preciosos con sus playas casi privadas y digo casi porque a no ser que vayas por mar, el acceso es bastante difícil con lo cual los felices propietarios de estos chalets son unos verdaderos privilegiados, también deciros que la vía del tren va paralela a la playa y que el Aeropuerto de Peinador está a un par de kilómetros de esta zona por lo que el circular de aviones y trenes es constante y es algo que en principio parece un engorro, pero ante este entorno tan maravilloso se integra totalmente y es un aliciente más para la travesía.
Continuamos y la fauna acuática ya nos hace compañía: garzas reales, garzas imperiales, gaviotas, cormoranes, andarríos, lavanderas y otras especies son comunes y muy fáciles de ver a poca distancia, cuando nos vamos acercando a un puente que soporta la vía del tren hay una roca plena de cormoranes y que van huyendo precipitadamente ante nuestra cercanía, los más jóvenes normalmente escapan en primer lugar, una vez que hemos rebasado el puente y después de innumerables calas el recorrido hace un recodo, suponemos que en esta parte que está más cerca de la desembocadura del río el agua es menos salada, ya que entrando por dicho recodo ya se ve la clásica vegetación de río y sobre todo lo más espectacular: cientos de ánades reales que si no te acercas mucho, puedes ver con total tranquilidad, suponemos que será un área de cría primero por el gran número de patos y segundo porque la zona es fantástica para ello, muy abrigada y con cantidad de vegetación y comida.
A todo esto ya llevamos más de una hora de paleo, hay que tener en cuenta que la distancia recorrida no es mucha, creo que poco más de 2 kilómetros pero tenéis que daros cuenta que las prestaciones de nuestros kayaks son muy básicas y que 4 paladas no llegan a 2 metros de desplazamiento (hice bastantes pruebas fijándome en elementos fijos) por lo que con un kayak de mar esto se puede multiplicar fácilmente; también hacemos numerosas paradas porque la fauna siempre nos llama la atención… y ya tenemos que pensar en la vuelta.
Normalmente, con la subida de la marea puede aumentar un poco el viento, si es de componente sur nos ayudará en la ida, si es norte -aparte de ser más frío- nos ayudará en la vuelta, de todos modos, ya os lo dije anteriormente, es una zona bastante abrigada, lo cual no quiere decir que descuidemos la normas básicas de seguridad y que en nuestro caso, por nuestra bisoñez las tomamos a rajatabla.
Ahora paso a explicaros la situación de la zona y la manera más cómoda de llegar hasta ella, la situación geográfica es 42º 18´38 norte y 08º 37´12 oeste, el pueblo se llama Cesantes, del Municipio de Redondela en la Provincia de Pontevedra, se accede por la autopistas AP9, sales en Redondela donde entras en la carretera N-552 y luego sigues por la N-550 y en cuanto llegas al pueblo de Cesantes hay que estar muy atentos, ya que la bajada a la playa –en un giro a izquierdas- es muy estrecha (solo cabe un coche a la vez) por lo que hay que estar muy atentos a la entrada y sobre todo por si algún coche viene de frente, una vez enfilas esa bajada, sólo tienes que seguir el camino hasta llegar a la vía del tren, la pasas por debajo por medio de un puente (no hay peligro alguno) y giras hacia la derecha, donde ya te topas con la playa. Si tenéis acceso a Google earth solo tenéis que poner en el buscador : Cesantes, Redondela y veréis el magnífico entorno, incluso con buenas fotografías de la zona y del famoso Capitán Nemo.
Como ya os he explicado el nivel de dificultad es bajo, los recorridos los hemos efectuado en Octubre/ Noviembre de 2007 sólo con neoprenos cortos, escarpines y por supuesto chalecos, a partir de ahora ya será necesario un anorak, pero como sigamos teniendo estos veranos tan prolongados y estos otoños tan suaves mucha más ropa no será necesaria, eso sí, como se pueden hacer cantidad de rutas, planificadlas bien aunque –repito- la zona es la más tranquila de toda la Ría de Vigo, por lo tanto lugar ideal para novatos ó para excursiones tranquilas, y normalmente acabas el trayecto donde lo empiezas, o sea volvemos a la playa, donde podemos quitarnos el salitre acumulado, tanto nosotros como nuestras embarcaciones.