A falta de clasificaciones o imágenes, puedo deciros que tuvimos un mar tranquilo con muy poquita ola, un recorrido espectacular con sus calas vírgenes de Waikiki y Roca Plana, 66 participantes en kayak tradicional y una veintena en sprinter.
Una comida post-regata en el mismo club de vela de Playa Larga que se convirtió en una fiesta y reencuentro de amigos, preparada por el chef del club organizador.
La organización se esmeró buscando patrocinadores y también me llamó la atención la presencia de fabricantes y distribuidores de kayaks que acudieron a participar en la regata y exponer sus productos , síntoma del aumento de calidad de la prueba.
En lo personal, regresé a mi casa satisfecho de haber tenido la oportunidad de disfrutar de vuestro clima, vuestro mar, vuestra organización y sobretodo de vuestra compañía.
El año que viene más,pero en k2.