Ojo con el viento... un autovaciable suele tener mucha obra muerta (gran volumen sobre la superficie del agua), aparte de que vamos sentados también muy altos (más altos que la línea de flotación, de ahí que los agujeros de vaciado no nos metan agua -más que de vez en cuando, jeje

). Con lo que muchas veces nos asemejamos a un pequeño velero más que a un kayak, con la desventaja de no poder controlar la vela, que somos nosotros y la parte sobre la superficie del kayak. Y cuando viene de proa o de popa pues sencillamente te frena o te acelera, pero en cuanto venga de cualquier otra dirección pues no solamente produce desplazamiento lateral, que casi sería lo de menos, sino que hace orzar o arribar en función de la superficie a la que afecta; aunque en general nos suele poner proa al viento, o intentarlo, si tenemos más superficie expuesta hacia la proa pues nos la separaría del viento y a la inversa. Sencillamente llevar una bolsa o un bidón estanco en un lado o en otro puede hacer que el comportamiento cambie bastante.
Personalmente, por lo poco que sé, con un autovaciable los fuerza 3 marcan el límite. Más de 10 nudos por un lateral son un suplicio para ir compensándolos continuamente. Si viene de proa ya es muy cansino, ahora, si viene de popa pues mira tú que bien. Y luego el mar de viento que se puede levantar pues otro problema, que si bien una mar de fondo de hasta un metro o incluso algo más (olas tendidas) no causa problemas (sobretodo si se va a favor o en contra, claro, pero es llevadera aunque sea por una amura o una aleta), la de viento es otro cantar: una marejada con sus olas de hacia el metro pero "desordenadas", creando frecuentes borreguitos, etc. también son un suplicio. Y esto aparece en la mar a poco que lleve soplando el fuerza 4...
A no ser que le pongamos una velita, claro...