Suiza es un país que nos da un ejemplo a seguir con sus políticos no profesionales, de forma y
manera que ejercen el cargo a tiempo parcial y cuando no se dedican a temas de estado tienen otra profesión totalmente al margen de la política.
Cabria pensar "a priori" y en un análisis comparativo que en España, con políticos profesionales y suficientemente bien retribuidos, los resultados de su gestión deberian de traducirse en bienestar para la inmensa mayoria de la población.
Sorprendentemente da la casualidad de que en el país helvético con "aficionados" a la política no tan bien retribuidos como en España, no parece irle mal al país,antes bien todo lo contrario y que aquí, con la "profesionalidad" de nuestros mandatarios tienen al país intervenido en estado de shock económico y con oxigenación asistida.
La pregunta del millón es:Para que queremos a estos señores?, que cada uno conteste según su juicio y criterio.
Una transparencia mucho mayor en la clase política del país alpino y la institucionalización del referendum para temas decisivos y comunes a todos los suizos, contribuyen a la lucha por la erradicación de la corrupción, principal problema de una sociedad como la española, que tiene cuestionada a la mayor parte de sus instituciones de cara a la opinión pública.