Lo bueno de este foro, es que cada uno puede dar su opinión, desde sus experiencias personales, desde las de otros o desde incluso, su imaginación.

Respecto a esta “hazaña” y este vídeo, no puedo estar mas de acuerdo con White y con Alfonso.
He participado como patrón de embarcación de rescate y seguridad, en regatas, travesías a nado y demás eventos deportivos en mi zona. Y pese a la “bronca” que pudiésemos recibir, por parte de federaciones deportivas organizadoras de estos, prensa, participantes, familiares, etc. ,podíamos anular estas pruebas, por razones de seguridad, en el momento que nosotros estimásemos oportuno.

En alguna ocasión, apuramos demasiado y finalmente, tuve que poner en riesgo el barco que gobernaba y a la tripulación, por rescatar a unos imberbes excesivamente orgullosos, que después de subirlos a bordo, aseguraban que “controlaban” y que nos iban a denunciar por medio de su federación. De haber tenido los medios, hubiese grabado con una cámara de vídeo, sus caras de terror (antes de rescatarlos) y como gritaban despavoridos (¡“socorro”!), aunque solo hubiese sido para enseñárselas a ellos y sus adinerados y frustrados “papás” (y evitar también la bronca de estos), al ser descalificados “sus retoños”, desde “las mismas puertas del infierno”, de donde los saqué.

El documental, está muy bien hecho y altamente ilustrativo, aunque para mi opinión, es demasiado morboso (creo que cumple el objetivo del que lo realizó).

En realidad, esta “hazaña” era un despropósito, por su precariedad, aunque hubiese llegado a su objetivo.
Hubiese sido la misma hazaña, con un barco de rescate y seguridad, navegando a corta distancia del kayak del protagonista. Solamente, que se hubiese garantizado su vida y un final completamente distinto.
El comparar las grandes travesías de antiguos aventureros y navegantes, está fuera de lugar, pues estos en su día, utilizaron los mejores medios, los mejores barcos, los mejores tripulantes de sus tiempos. Magallanes, no hizo sus travesías en una “chalupa”, lo hizo en la mejor nave a su alcance y para la consecución de sus fines.

Tampoco los grandes montañeros de nuestros tiempos, ni los de tiempos remotos, van solos. A su lado tienen siempre al mejor equipo humano y los mejores materiales. Aunque lo que interese y “venda”, es que Juanito y Edurne, suban ochomiles, hay imágenes de su equipo, porteándoles sus mochilas e incluso tirando de ellos con cuerdas, hasta la cumbre. A los protagonistas no les quito el mérito, pero también hay que dárselo a sus acompañantes, pues sin ellos, no lo hubiesen conseguido JAMÁS.
Montañeros que se han enfrentado “a su enemigo” (su cumbre a alcanzar), sin valorar debidamente todos sus riesgos y lo han intentado en precario, han tenido el mismo y desafortunado fin, que este indiscutible aventurero.
La suerte (el buen tiempo, la buena mar, etc.), es siempre un factor a tener en cuenta, pero nunca dejar nuestra vida en sus manos.