El anuncio del segundo curso me sirvió de incentivo para terminar mi pala, casi lista al acabar el primer cursillo de Paco Ladrido en Liméns (genial todo, por cierto). Pero tuve mis problemas. Quizás las prisas por acabarla, quizás un error de cálculo, quizás que hay que pagar la novatada, o quizás un poco de todo, me puso al borde del desastre. Al serrar la parte correspondiente al mastil me pasé un poco y quedó muy fina en la parte más estrecha (como es sabido, el mastil en las palas groelandesas es un óvalo). No pasaba de 25 milímetros, y el mínimo debería andar por los 30 milímetros. Podría acabarla así, pero quedaba condenada a ser una pala débil, y por lo tanto poco fiable para el uso en el mar.
Pero menos la muerte, todo tiene remedio. Por consejo de Ladrido, le pegué un refuerzo, un listoncillo del propio cedro que sobró de un corte en el cursillo. Lo pegué ya en casa, con adhesivo de poliuretano, y gran despliegue de sargentos.

¡¡Cómo pega el poliuretano!! La desventaja es que deja un cerquillo blanco en todo el borde. Vista la pala en la realidad no se nota tanto como en la foto, pero tengo que reconocer que la estética del conjunto queda dañada. Vamos, que se nota la chapucilla, pero la contrapartida es la fiabilidad.

Después de lijar a fondo, con grano 40 al principio para bajar a 60 y 80 y acabar en 120, quedó lista para media docena de manos de aceite de teca, con lijado superficial con lija de 120 entre mano y mano. La última manita hoy mismo, lunes 2 de abril.

Al final quedó una pala de 1.222 gramos para 2,18 metros de longitud. Creo que no está mal. Podría cepillarla un poco más para reducir su peso, pero creo que se resentiría su robustez. En todo caso, a quitar siempre hay tiempo.

Gracias Paco Ladrido, gracias Jaime de Limés, por ayudarme a fabricarme mi primera pala. Era una idea que rondaba la cabeza desde hace ya años, y me faltaba poner manos a la obra. La segunda, la tercera.... las siguientes.... seguro que no cojearán por la pértiga (otros fallos tendrán, seguro, hasta alcanzar la maestría de Paco). Ánimo los que estéis pensando si ir o no al segundo cursillo del año. Merece la pena, de verdad.