Víctor2... lo de cambiar de afición y pasar página y así desentenderte del tatuaje puede valer, pero creo que cuando ya has roto la barrera psicológica del primero el resto cuesta menos,y cómo no, no es por la estética del kayak per se, sino más bien por aquella huella que en uno deja el kayak. En mi caso es tranquilidad, es naturaleza, descubrimiento, exploración externa y exploración interna, anocheceres puestas de sol y amaneceres. Cuando te tatúas creo que imprimes en tinta un motivo que para ti es un sentimiento, una emoción, una experiencia vital, de ahí que creo que en esos casos, en que van más allá de la estética misma del tatuaje, difícilmente los aborrezcas con el tiempo pues no son más que otra cicatriz voluntaria en el cuaderno de tu vida.
Hola,
Por supuesto se, que así lo has interpretado, no estoy en contra de que hagas con tu cuerpo lo que te apetezca. Pese a que a mí nunca me ha apetecido el hacerme uno, quizás porque en mi juventud los tatuajes, los solían llevar los legionarios, los presos, los marineros curtidos en mil refriegas de taberna, además de los chulos de barrio y la gente de mal vivir en general.
Más tarde fue cosa de drogadictos, amigos tuve que sucumbieron a la droga en plena época de los Rolling, y que se tatuaban bajo los efectos de la marihuana.......
Dicho esto, clarificado el tema y como no comparto esa decoración que hoy día es mucha moda, contestando a tu reflexión sobre el recordar placenteras aficiones que han dejado huella en ti, te diré, que en mi caso simplemente me relajo, dejó la mente centrada en ( el tercer ojo) metafóricamente hablando y visualizo aquello bueno de mi vida que me apetece.
A eso se le suele llamar de variadas maneras. Que si meditación, sofronizacion, yoga etc etc.
Y te diré además, que en esa fase de meditación no suelo visualizar aspectos negativos y pasados de mi vida.
Para mí, simplemente perfecto y perfectamente simple. Además de que nadie se entera de mis gustos y/o aficiones.
Con todo el cariño, Víctor.

Salut!!