Un año mas en el pantano, en un nuevo espacio contiguo al camping, bien situado y con unas buenas instalaciones (cocina, duchas, espacio cubierto para comer, beber...) Las cabañas que harían las delicias de un estudiante de entomología en plena tesis doctoral y las de algún atrevido gastrónomo. El entorno con sus acogedores pueblos , sus pastas (las de coco insuperables) y la gente, sobre todo la gente. Como nos gusta ir a cualquier sitio y veros a los de siempre, conoceros a otros y despedirnos como si lleváramos años juntos, qué buen royo...
Gracias a las y los que os curráis las fotos como siempre, espectaculares. A Roberto que no falla con sus guisotes, a sus hijos (ayudantes de lujo) que vienen por el mismo camino, a Javier y compañía por darnos la oportunidad de volver año tras año (y por el jamón que coño)
Además me fui con compás nuevo en mi splore, ya no pierdo el norte Juanma (gracias por el bricolaje) bueno, ahora me obliga a llevar otro accesorio indispensable, gafas para verlo.
Una gran pena, no haberos podido ver y tomar unas cervezas con los que no habéis podido estar. Caso aparte Montse y Quini.... que gran putada!!! por unas horas no hemos coincidido, con las ganas que teníamos de veros.
Lo peor de todo la hora de cierre del bar del camping, INTOLERABLE, yo ya he puesto una reclamación, a ver si el año que viene se estiran un poco mas.
Nos vemos en Cabo de Gata panpintxo y compañía, o si no, siempre nos quedarán las Cies...

Qué bonito el bosque Soriano!!