Será una kedada informal para dar un paseo en kayak por el pantano y después disfrutar de un baño al aire libre en las aguas termales del balneario que quedó sumergido al construirse el pantano en el sumergido pueblo de Tiermas.
Este es el aspecto actual del pantano con la sequía, muy distinto al que tiene cuando esta medio lleno.
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Esos cadaveres de árboles llevan 50 años depié, casi siempre bajo las aguas.
Información de prensa;
Tiermas, bañarse en noviembre a 37 0 C
- Cada año, entre agosto y octubre, los baños termales de Tiermas quedan al descubierto al bajar el nivel del embalse de Yesa. Todavía no han sido sepultadas por el agua, y decenas de personas acuden cada día a disfrutar de sus propiedades curativas- El agua y el barro de Tiermas se caracterizan por su proporción y olor a azufre y por sus propiedades contra la artrosis o los problemas de la piel
GOIZEDER LAMARIANO . TIERMAS Jueves, 22 de noviembre de 2007 - 04:00 h.Y A han pasado 48 años desde que en 1959 el llenado del pantano de Yesa sepultó el pueblo de Tiermas. Sin embargo, cada año, entre los meses de agosto y octubre, los baños termales de esta localidad situada a cuatro kilómetros de la muga entre Navarra y Aragón asoman a la superficie al bajar el nivel del agua del pantano.
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Este año, debido a la ausencia de lluvia, Yesa se encuentra al 26% de su capacidad, lo que ha ocasionado que, a finales de noviembre, Tiermas todavía continúe haciendo las delicias de los aficionados a bañarse en sus aguas que, aseguran, poseen propiedades curativas de la artrosis, el reuma, el estrés o los problemas de la piel.
Todas estas propiedades las descubrieron los romanos, ya que este antiguo balneario data de la época romana y vivió su máximo esplendor en los siglos XVII y XVIII. En la actualidad, cada día acuden hasta Tiermas personas llegadas desde distintos puntos de Navarra, el País Vasco, Aragón e incluso el sur de Francia.
«Vengo a bañarme aquí desde hace diez años. Cada vez que tengo una mañana libre, hago una escapada a Tiermas desde San Sebastián», relataba este martes Gautami Ares, donostiarra de 34 años.
Esta joven se encontraba acompañada por su pareja, Igor Martín, guipuzcoano de 40 años. Ambos disfrutaban de los baños de Tiermas completamente desnudos. Algo que no parecía importar a las otras siete personas que, a las once de la mañana, se bañaban en las aguas y barros del balneario natural. A pesar de que soplaba un fuerte viento, hacía frío y el cielo, completamente nublado, amenazaba tormenta, en el agua la temperatura era de 37,4 grados centígrados. Fuera, por el contrario, no se superaban los diez grados.
«Nosotros descubrimos estos baños hace diez años gracias a una profesora de yoga que solía venir a Leyre y conocía la zona. Desde entonces, vengo con mi pareja, pero también con mis padres, mis hermanos y mis sobrinos. A toda la familia nos encanta porque sales del agua relajada, con la piel literalmente como el culito de un bebé y los músculos y los huesos sin ningún tipo de dolor», relataba Gautami Ares.
A ninguna de las ocho personas que se bañaban este martes en Tiermas parecía preocuparles el frío que pudieran sentir cuando abandonasen el agua. «Cuando llegas da un poco de cosa meterse, pero como el agua está tan calentita, enseguida entras en calor y se está muy a gusto. Al salir, estás tan relajado que no sientes frío aunque, claro, hay que vestirse rápido», aconsejaba Igor Martín.
Agua con olor a azufre
Sobre el fuerte olor a azufre que desprende el agua de Tiermas, confesaban: «Esa es la única desventaja. Cuando llegas, sobre todo las primeras veces, huele muchísimo a azufre, como a huevos podridos, pero luego enseguida te vas acostumbrando y al final, ni lo notas».
Debido a la alta temperatura a la que se encuentra el agua que brota del balneario natural de Tiermas, no es recomendable bañarse más de dos horas seguidas, ya que se pueden sufrir bajadas de tensión. «Nosotros solemos bañarnos entre una hora y dos horas. Después de haber hecho el viaje desde San Sebastián, que son casi dos horas, tenemos que aprovechar al máximo el rato que estamos aquí. El viaje es largo, pero compensa, merece mucho la pena. Es un lugar extraordinario en el que puedes estar a tu aire, disfrutar de algo natural que te ofrece la Tierra», concluye Gautami Ares.
Las ocho personas que el martes se encontraban en Tiermas lamentaban el poco tiempo que les queda para disfrutar de sus aguas. «No es normal que en noviembre esté el balneario en la superficie. En cuanto vuelva a llover, quedará otra vez sumergido en el pantano hasta el año que viene».
Cuando finalicen las obras que se están realizando en la actualidad y que culminarán con el recrecimiento del embalse de Yesa, las aguas termales de Tiermas volverán a quedar sepultadas por el agua, esta vez para siempre.
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¿Alguien se apunta?
Como el agua de cerca de las pozas esta templadita se puede aprovechar para hacer eskimos reentradas etc.