D.E.P.
He de decir que llevo relativamente muy poco en esta afición y que para los pocos que somos y que la mayoría no salimos todos los días, sí hay accidentes. Más de los que pretenden esos comentarios de que es una afición muy segura. No me lo parece. Matizo, no me lo parece si son travesías en solitario, por muy idílicas que nos parezcan. Tambíen es verdad que ha coincidido que en este poco tiempo en el foro han ocurrido 3 muertes similares. La de un hombre de Tarragona, la de éste de Girona y la del dueño de Riumar. Las 3 veces solos, las 3 veces con sobrada experiencia, las 3 veces con temporal de poniente en el Mediterráneo. Vientos que nos alejan de la costa y convierten en muy peligroso algo que podemos haber hecho decenas o cientos de veces. Creo que deberíamos ser más conscientes de qué nos lleva a hacer las cosas así y qué nos impide dar la señal de alerta a tiempo para ser rescatados. Supongo que no llevar la emisora o perderla sería la primera parte. La segunda supongo que no ir preparados para permanecer suficiente tiempo en el agua. La otra muerte sonada fue la del fundador de North Face, Douglas Tompkins, pero en un lago de deshielo y a su edad, con temporal y olas de 3 metros, pues como que por mucha experiencia que tuviera no era el día de meterse a seguir expedición. No lo era.
Supongo que todos lamentamos mucho las muertes de quienes practican nuestro deporte, pero debemos intentar aprender de los errores ajenos para no pasar a aumentar esa triste lista de desaparecidos en kayak. Que sí, que estoy de acuerdo con que mejor morir haciendo lo que te gusta que con el mando de la tele repantigado en el sofá, pero me parece mucho mejor no morirme, así de claro. ¿que es un coñazo llevar la emisora, o ir abrigado para el agua y no para el esfuerzo físico?. Pues lo és, sí. Yo os podría contar lo que sudo en moto con el casco, el mono de cuero o la ropa de cordura cuando viajo, los guantes a 45º en agosto o el calorcito entre las piernas que te da un motor de 1100cc un día de poniente. Os podría decir el frío que se puede llegar a pasar en moto a 20 bajo cero acudiendo a una de las invernales más antiguas de Europa cerca de la frontera alemana con República Checa. Pero voy preparado para ello y, si vas preparado, ni pasas tanto frío ni tanto calor. Esa ropa hay que llevarla porque es la que te salva en caso de caída.
En el kayak hay cosas para pasar menos calor y para pasar menos frío, pero debemos pensar en que dentro del agua hay otra temperatura y otros tiempos de supervivencia. Y si te estás cociendo por ir excesivamente abrigado, pues te remojas la cabeza un poco y tiras para adelante. Para calor te puedes quitar cosas pero para frío no puedes ponerte más. Las tienes que llevar ya puestas porque, si vuelcas y se va el kayak, te quedas con lo puesto. Ese detalle es importante tenerlo claro. Si remando en invierno no estamos pasando calor, seguramente iremos muy justos si caemos al agua como para aguantar un buen rato en buenas condiciones. Y si no lo tenemos claro, pueden pasar estas cosas, que caes al agua, pierdes el kayak, no puedes pedir ayuda por no llevar la dichosa emisora y la hipotermia te vence antes de que te echen de menos. Te vas apagando y te ahogas. Así de sencillito y así de cruel. El mar es también así. Nos gusta la parte bonita, pero no podemos olvidar la parte amarga, esa en la que mejor no pensar. Y pensando un poco más en que no queremos que nos ocurra, estaremos mejor preparados si algún día nos pasa algo.
Estas embarcaciones se parieron en el círculo polar ártico, para pescar focas y ballenas entre icebergs. Se supone que están preparadas para el invierno y seguramente aquellos esquimales no eran buenos nadadores (por lo fría que estaría el agua), pero iban preparados. ¿no estamos nosotros suficientemente informados o es que algunas veces somos demasiado chulos? ¿nos anima la experiencia a ser un poco temerarios? Perdón por el sermón, pero en estos momentos me nace hacer una llamada a la responsabilidad particular, a no confiar tantísimo en las habilidades personales. Los accidentes ocurren y la diferencia entre que sean más o menos graves, suelen estar relacionadas con decisiones menos o más acertadas que tomas antes de empezar la actividad. A mí es que todavía me quedan muchas cosas por hacer. No me viene bien palmarla ahora.