estos últimos días la verdad es que lo único que estoy haciendo es intentar controlar los desembarques. Y no. Bueno, no siempre, a veces sí, pero me pego unos revolcones del 7 y medio (y eso que la cosa está tranquilita).
Siempre intento entrar perpendicular a la playa y al sentido de la ola pero de vez en cuando el kayak se para, me mosqueo y miro de reojo para atrás y ¡h***ia que viene una ola!. Lo siguiente soy yo nadando (y el kayak también).
Pero me lo estoy pasando como un enano.
No creo que lo hiciera si no fuera con una autovaciable y la verdad es que el agua del mediterráneo no está muy fria.
Otra cosa que me ha pasado un par de veces es que en el revolcón habitual el kayak me ha pegado algún coscorrón, lo que da idea que en situaciones complicadas puede ser muy peligroso (de ahí lo del casco)
También mola la sensación de velocidad (he llegado a 13,5 kms, que será una mier****lla pero parra un miedoso como yo es una sensación muy divertida)