Dénia, sábado 6 de diciembre, quedada informal de foreros KDM en Mediterráneo.
Embarcamos entre las 10:30 a 11 horas, enfrente del camping Los Pinos y paleamos costeando hacia el sureste, hasta rebasar el Cabo de la Nao, adentrándonos en la bahía de Jávea.
Ahí descansamos, nos hicimos unas fotos embarcados, y regresamos de vuelta al camping, ahora con un mar más alegre y juguetón, el viento soplaba más intenso en nuestra contra.
Sobre las 14:30 - 15 horas, dos kilómetros antes de nuestro destino, hicimos una paradita para visitar “La Cova Tallà”.
Los kayaks comenzaron a entrar de uno en uno, pues el paso a la cueva está entre un jardín de rocas y la pared acantilada.
La entrada por mar, aunque es sencilla, queda técnicamente estrecha teniendo en cuenta que hay un rompiente de olas por un lado y un rebote de olas por el otro lado.
En esos momentos apareció el helicóptero de Salvamento Marítimo, que se quedó quieto, en sustentación a borde de costa, a muy baja altura, y a una distancia de 300 metros al noroeste de nosotros.
Desconocíamos la misión que tenía el helicóptero, pues no vimos nada a nuestro alrededor, excepto nosotros.
Poco a poco, el helicóptero se fue acercando.
Se mantenía pegado a la línea de costa, y muy bajo.
Rafanook advirtió del peligro que suponía el radio de acción de la hélice.
Finalmente, el helicóptero se apartó unos metros mar adentro (unos pocos metros) del grupo de kayakistas, pero siguió muy pegado a costa, y continuaba acercándose.
Yo me encontraba justo antes del rompiente de olas, esperando a que se desviara unos metros más mar adentro siguiendo su lento camino hacia el sureste.
Los kayakistas seguían entrando a la cueva.
Rafanook, muy cerca de la pared acantilada, hizo señas de “TODO OK” al helicóptero.
Pero el helicóptero no se desvió más mar adentro, iba a pasar justo por encima de mí.
Y yo no podía ir hacia delante porque había rocas, ni hacia atrás, porque me iba a coger de todas formas… Así que adopté la mejor postura posible girando la proa contra la ola y la corriente de aire que me iba a alcanzar en unos instantes.
Dí unas paladas para poner el kayak en movimiento y que fuera más estable que si estuviera parado...
Y fue la cosa más inútil que se me pudo ocurrir.
De seguida noté como el “tornado” me alcanzó y “giró” literalmente el kayak, a la vez que noté una fuerza de empuje bestial que me volcó y que no me dejaba subir a superficie, hasta que no pasó de largo unos segundo más tarde.
Desembarcado, naufragado, me encontré al lado del kayak volcado, pegado al jardín de rocas, y las olas rompiendo sobre mi cabeza.
El helicóptero de Salvamento Marítimo siguió su rumbo pegado a la costa. No se había ni percatado en ningún momento del percance que había originado.
De seguida recibí la ayuda de los compañeros kayakistas. Rafanook y Pezdeplomo se acercaron, y me remolcaron unos veinte metros hacia atrás, fuera del rompiente de olas.
Luego Rafanook me ayudó al reembarque, pues la bañera estaba muy llena de agua.
Era la primera vez que volcaba con este nuevo kayak que tiene 15 días y al que me estoy adaptando progresivamente. Tengo que decir que este Point 65º XP es un excelente kayak.
Estoy muy contento con este barco, pero por muy estable, marinero y bonito que es, no aguanta turbulencias de 150 km/hora de un helicóptero de esta envergadura.
Así que no pude visitar ““La Cova Tallà”. Estaba completamente mojado, y una cueva no es el lugar más ideal para secarse después de un remojón de diciembre. Regresé al camping con la grata compañía de Tortuguito, que me animó mucho.
Poco después la cámara digital que llevaba dentro del chaleco, no me dejaba ver ninguna de las estupendas fotos que había sacado por la mañana.
A día de hoy tampoco me deja verlas. Se ve que también se asustó mucho. Y se remojó un poco.
El ánimo de este hilo no es más que advertir a los kayakistas que disfrutan de este noble y gratificante deporte del peligro real que comporta un helicóptero cuando nos sobrevuela.
MORALEJA: si el helicóptero vuela bajo, y veis que su radio de acción os va a alcanzar, hacer lo posible por evitarlo.
Por otra parte,
hacer saber este percance a pilotos, tripulaciones y personal coordinador de Salvamento.
Lo más lógico sería evitar siempre sobrevolar a baja altura embarcaciones de recreo y bañistas, pues lo único que se puede originar es un accidente grave.
En este caso, el mar estaba bien, y estuve muy bien acompañado.
No me imagino lo que hubiera sucedido con mala mar y navegando solo o con palistas con poca experiencia (como yo

)…
Desde luego no creo que me hubiera ayudado mucho un helicóptero.
Por suerte todo quedó en una anécdota, en la pérdida de una cámara digital, y en que Amparonook cambió mi nick de forero: ahora soy “HOMBREALAGUA”.
Por lo menos hasta la próxima quedada.
“Como es mi primera quedada, esta será la broma que me han gastado

” pensé yo.