Eso es bastante peligroso. El beleño negro (Hiosciamus nigrum) o el blanco (H. albus) son bastante peligrosos.
Según relata el Dioscórides renovado, maravilloso libro de Pío Font Quer, Andrés Laguna, médico de Carlos V, ante el insomnio permanente del monarca le recomendó rellenar una almohada con hojas de beleño y, debido a los vapores que soltaba, pudo dormir.
También, parece ser, que la Inquisición suministraba infusiones de beleño a las mujeres acusadas de brujería. Era tal el estado que adquirían que confesaban lo inconfesable y, por supuesto, las quemaban.
La palabra castellana embelesar o embeleñar es derivada de beleño. La gente se queda embelesada y, cuidado, puede ser mortal pues la cantidad de Hiosciamina (el alcaloide activo de esta planta) es incontrolable, depende del sitio donde esté la planta, si le da mucho el sol o poco, la hora de la recogido, etc.... muchos factores.
Conozco al dedillo el caso de un amigo mio que puso semillas de beleño en una botella con anís y, al cabo del tiempo, se bebió unas cuantas copillas de más.
No sabe como, apareció en Málaga, sin dinero, no sabe como llegó, ni quién lo transportó, ni si le robaron o no. NO SE ACUERDA DE NADA. Tuvo que ir a Comisaría, sin documentación, explicar quien era y un policía, a título personal, le dio dinero para que pudiera regresar a Almería.
Esto que he contado de mi amigo en Málaga es absolutamente verdad. Pepín lo conoce aunque quizá no se acuerde de él. Tío de Bea.
Y una cosa os digo: Dragut o Turgut, como queráis, no usa esas malas artes. Mis quinientas cicatrices avalan que utilizo la falcata, no los venenos.