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Vivo y más fuerte
25 de septiembre 2014 por Daniel Fox
Tengo una historia para compartir con ustedes.
Es una historia sobre el poder de la naturaleza para dar forma a tu personaje.
Es una historia acerca de cómo poder parar. RESPIRAR . RELAJARSE . ESCUCHAR puede hacer toda la diferencia en un momento dado.
Es una historia sobre la esperanza, humildad y centrarse en las cosas que realmente importan en la vida.
Después de terminar mi remo en la costa del estado de Washington y detener en Portland para hablar con varios grupos acerca de mi SALVAJE campaña, ya era hora de continuar mi viaje a San Francisco.
En los días previos a mi partida, me hacer el seguimiento de las condiciones meteorológicas. La previsión ahora era el mismo para la próxima semana ... fuertes vientos del sur podrían soplar 15 a 25 nudos, la lluvia sería consistente y el oleaje de Occidente aumentaría como la semana por. El sistema meteorológico se debió a calmarse comenzar el próximo fin de semana.
Yo tenía mis puntos de ruta marcada hacia abajo y aunque tenía muchos días de remo difícil por delante, yo estaba emocionado de volver en el agua. En mi cabeza, la canción "Contra el viento", de Bob Seger ya estaba jugando en la repetición.
Mi hora de salida desde Astoria fue establecido por la marea. Yo no quiero pelear la marea entra y salir con la marea baja significaba que iba a obtener una doble push - el río y la marea. Así que al mediodía, tiempo de holgura, me dejó la marina.
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Las condiciones eran muy diferentes a cuando yo remando en el río Columbia hace varios días. Ahora que estaba haciendo 6 nudos de velocidad ya mi derecha había grandes interruptores se extiende por millas. El Colegio de Abogados de Columbia estaba a la altura de su reputación.
Mantener mi distancia, doblé la zona de peligro y pasé el Muelle Sur. Mi plan era meter en la derecha después. El embarcadero ofrecería ese camino protegido que tenía que aterrizar en la playa. Pero el oleaje llegaba muerto en y golpeando mi punto de aterrizaje con toda su fuerza. Tenía dos opciones: volver a entrar en el río de Colombia contra la corriente, evitando todos los interruptores y encontrar mi camino a la costa o para seguir adelante.
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Mar era de 17 millas de distancia. Hubo un pequeño lugar que ofrecía un posible aterrizaje; después de eso, unas 6 millas de allí, alrededor de Tillamook Head, era Indian Beach. Era una ensenada protegida que, después de mirar el mapas aéreos y marinos, ofreció una parada segura. En el peor de los casos, lo más probable es que estaría aterrizando en la oscuridad, pero con las condiciones actuales, un oleaje del oeste, la cala sería bastante plano ... o eso creía yo. Me decidí a ir hacia adelante y paddle.
Era un día caluroso. No había ni una nube en el cielo. El mar estaba casi metálico debido a la ausencia de viento. Hollín pardelas volando a mi alrededor, deslizándose sobre el agua con facilidad, la punta de sus alas apenas tocando ligeramente la superficie. Estas aves han evolucionado para convertirse en una verdadera perfecta criatura voladora oceánica.
Fue 19:00 cuando llegué a la playa. El oleaje seguía golpeando la orilla con resaca masiva y ahora mis posibilidades de aterrizaje antes del atardecer fueron desapareciendo. Busqué una abertura en algún lugar - en cualquier lugar. Vi a uno. No muy lejos, había un lugar donde las olas parecía estar muriendo abajo. Después de temporización de los conjuntos, empecé a remar. Y luego en el último momento, justo antes de llegar al punto de no retorno, tres oleadas masivas aparecieron, rompiendo a 10 pies por delante de mí. Miré las nubes de agua de mar blanco elevándose hacia el cielo, el rugido de las olas rompiendo y de pronto se hizo evidente para mí que no había manera de que mis pies estarían tocando la arena esta noche. El sol había desaparecido en el horizonte y en aproximadamente una hora sería totalmente oscuro.
la puesta del sol
?My siguiente waypoint, Indian Beach, alrededor de la cabeza de Tillamook, era cerca de dos horas de distancia. Llegué atrás y abrí mi día escotilla para conseguir mi faro cabo. La idea de pasar la noche en el agua comenzaba a ser una realidad. Era lo último que quería hacer pero mis posibilidades de encontrar mi camino en un saco de dormir fueron desapareciendo.
Con aún sin nubes, el cielo estaba lleno de estrellas. La Vía Láctea era intenso e imponente. Una estrella fugaz cruzó el cielo. Y luego otro. La bioluminiscencia mostraba fuerte. El kayak dejó marcadas senderos blancos brillantes en la superficie de color negro. Mi paleta cortada a través del agua y creó explosiones de brillo. Cada vez que una gota de agua cayó sobre el kayak, que centelleaba. Me pregunto por un segundo si realmente quería llegar a la orilla. Si tuviera que pasar la noche en el océano, estos fueron el haber las condiciones prefecto dreamiest. En realidad, esto podría llegar a ser una noche increíble!
Revisé mi teléfono y miré a mi ubicación. La cala era sólo una milla de distancia ahora. Me gustaría estar allí alrededor de las 9 pm. El pronóstico del tiempo había predicho 20 nudos vientos pero hasta entonces parecía nada que encontramos.
Al acercarme a la zona y poco después de soñar con un aterrizaje buena noche, quedarse hasta tarde haciendo fotografía de esta noche bioluminiscente mágica, pasé el punto y me encontré luchando contra los vientos esperados.
Una comprobación más en el mapa y mi zona de seguridad se suponía que era la derecha por delante. Pero lo único que vi y oí fueron las cabrillas brillantes de oleaje atronador. ¿Cómo puede ser esto? El oleaje se acercaba desde el oeste y la entrada bahía protegida frente al sur. ¿Cómo fue que el oleaje se dirige ahora directamente a la cala? Aparte de este punto de referencia, no había nada alrededor por lo menos 20 millas que podrían ofrecer alivio. Me acordé del mapa que había un camino hacia la cala, pero era oscuro. No podía ver nada, pero el choque de las olas. Miré el mapa otra vez y me orienté. Hubo una serie de rocas delante que debe ofrecer protección. Así que me fui a por ello.
Sólo un minuto en mi empuje, oí esta rugido enorme detrás de mí y en cuestión de segundos, estaba boca abajo siendo golpeado desde todas las direcciones. De repente, mi paleta se partió en dos. Vuelvo a tiempo para tomar un respiro antes de que otro se acercó. Me volcó de nuevo y esta vez no pude hacer retroceder. La golpiza y el remo roto me dejaron otra opción que mojó salida.
Tuvimos suerte de tener un descanso, me las arreglé para conseguir de nuevo, agarró la pala de repuesto de mi popa, metí la falda sobre la cabina ahora lleno-con-agua-y abrí paso hacia adelante lo más fuerte que pude. Ahora más que nunca, sabía que tendría que pasar la noche en el agua y la virtud de la Vía Láctea, pero en este punto a las estrellas y los océanos brillantes fueron las últimas cosas en la cabeza.
Fuera de la zona de rompientes, que bombea el el agua y evaluó la situación. Yo había estado remando durante 10 horas, que abarca cerca de 38 millas. Estaba cansado y mis manos herido. A pesar del traje seco, el frío de aquel desafortunado chapuzón en las aguas del Pacífico se filtraba en mi cuerpo. Tenía que mantenerse en movimiento. Tuve que mantener mis músculos, mi cuerpo la producción de energía y calor. No había tenido la cena - además de la comida que había consumido durante el día. Tuve una ración de emergencia de cecina y bares, pero en estas condiciones casi no podía dejar de comer. Así que me empujó hacia adelante. Miré adelante y la ironía de la situación me golpeó. Luces de la playa del cañón estaban casi al alcance, tal vez no más de media milla. Me imaginé a la gente en sus casas, viendo la televisión, disfrutando de una copa de vino, y besar a sus hijos buenas noches. Y ahí estaba yo, en un mundo totalmente diferente, donde mi vida, mi existencia estaba a punto de ser interrogado. ¿Cómo puede ser esto? Dentro de tan cerca de ser la búsqueda de tales realidades extremas diferentes?
No tenía más remedio que seguir remando. Incluso si estaba apenas haciendo progresos, las opciones eran simplemente no existe para mí. ¿Cómo voy a hacer a través de la noche? Yo no sabía y no podía dejar de pensar en ello. Mi única manera de sobrevivir era tomar un minuto a la vez, encontrar consuelo en ese minuto pasado y centrarse en pasar al siguiente.
Y entonces mi peor miedo que pasó. Empecé a temblar.
Sé que mi cuerpo. Siempre he sido bastante tolerantes al frío. Crecí en Quebec con inviernos en los años 20 menos. Pero el momento en que mi cuerpo se estremece, es sólo una cuestión de minutos antes de que empiece a temblar y perder el control de mis músculos temblorosas. La opción de pasar la noche en el océano no era más viable. No había manera de que pudiera permanecer en este kayak por otros 7 horas y no entrar en hipotermia.
Hay riesgos que puede pagar si estás con otras personas. Pero cuando está solo, el último lugar donde quiere encontrarse en un lugar acorralada sin salida, no es posible petición de ayuda. Yo tengo mi botón de SOS, un teléfono celular y un VHF como un salvavidas, pero me sentí II aún no había jugado todas mis cartas.
Mirando a mi izquierda, me di cuenta de una fogata en la playa y me sorprendí al ver lo cerca que estaba a la misma, tal vez sólo 40 yardas. A pesar de la luz de las casas más lejos, yo estaba realmente no es tan lejos de la tierra. Sin embargo, entre la playa y yo era una pared de las olas rompiendo. Entre mi situación actual y la seguridad de aterrizaje era un mundo de posibilidades horribles, cada uno con el poder de volver la situación a lo peor. No había forma de que estas personas ven o me oyen. E incluso si lo hubieran hecho, no había nada que pudieran hacer. Para mí, era poco lo que podía hacer, pero empezar a buscar en enfrentar las olas.
Mis ojos se centraron en la silueta hecha por la línea de agua, tratando de averiguar el ritmo de los conjuntos. Para ser honesto, no había mucho para descifrar en la oscuridad. Tomé una respiración profunda y relajada por un segundo. Cerré los ojos y le pregunté al océano para mantener un ojo en mí. Empecé a remar hacia el surf. Una ola se estrelló. Me detuve. Dudé. Fui otra vez. Y como un "deja vu", oí el montaje detrás de mí rugir, como un monstruo gigante que sube de las profundidades y a punto de engullir de un mordisco. Agarrando el impacto Llené mis pulmones con el aire tanto como pude.
El peso del Pacífico aterrizó en la espalda con tanta fuerza tremenda que me sentí el kayak romper en dos. No era como tratar de arrancarle un trozo de fibra de vidrio separados. El kayak, literalmente, se partió en dos mitades como una rama seca. El anillo de la bañera estaba roto, pero mi falda era todavía alrededor. Yo estaba en el agua siendo devastada por las olas, atado a la cintura con un pedazo del kayak en cada lado de mí.
Durante todo este tiempo yo pensaba que tenía que salir de allí lo antes posible. No me gustaba la idea de encontrarme en medio de dos piezas sueltas de 8 pies de largo de tubos de fibra de vidrio rotas llenas de engranajes. No tardaría mucho para ellos para aplastar a mis costillas y cortar mi cintura. Traté de tirar de la manija de la falda, pero no estaba trabajando. Yo simplemente estaba tirando el anillo cabina suelta hacia mí. Aún así, moviendo sin parar finalmente me las arreglé para conseguir que fuera.
Libre de las entrañas del kayak, yo nadaba a su alrededor. El kayak todavía estaba unido por una cuerda y algunas rayas. Mi última paleta ahora se había ido. Poniéndome en el medio de la venida en el surf y el barco, empecé a nadar y empujando una de las piezas en kayak hacia delante. Uno nunca quiere encontrarse con un kayak o una tabla, detrás de usted en el surf! Ha habido demasiados accidentes donde la gente estaba golpeado por objetos voladores. Cada ola mí y el kayak empujó más cerca de la playa. Unos 15 minutos más tarde, sentí la arena bajo mis pies.
Me levanté y agarré el mango del arco en una mano y el mango de popa en el otro y empecé a sacar los restos del naufragio en la medida de hasta pasó la línea de marea como pude antes de derrumbarse. Abrí la escotilla trasera, saqué la bolsa de vivac y dormir. Deslizamiento del traje seco y en mi dormitorio.
Era medianoche. No me importó para la comida o cualquier otra cosa. Mis manos estaban ensangrentadas con recortes por todas partes. Todo lo que quería era poner quieto y calentarme arriba. Que estaba a salvo, en una sola pieza y eso era lo más importante en ese momento .. La naturaleza me había recordado a la inconstancia de la vida y el poco control que tenemos sobre él.
En los últimos 5 horas que había experimentado pura belleza, la alegría, la felicidad, la decepción, el dolor, la frustración y había enfrentado a la indiferencia de un mundo que era más grande que yo. Acostado en la arena al lado de mi kayak destrozado, no estaba enojado ni me temo. Yo estaba simplemente agradecido de estar vivo. Como ya he tirado la cremallera dejando marcas de sangre en el tejido, agradecí el océano para su protección, cerré los ojos y me fui a dormir.
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Estas experiencias, como lamentable, ya que parezcan, están definiendo momentos en su vida. Forman tu personaje y cambiar su percepción del mundo que te rodea siempre. Mi accidente ocurrió el domingo 21 a la medianoche, exactamente un mes después del día partí de Victoria. No puedo evitar sonreír ante el hecho de esta paleta fue para mi SALVAJE Campaña de recaudación de dinero para enviar los jóvenes desfavorecidos a un campo desierto larga inmersión "meses".
La vida no se trata de evitar los accidentes, sino más bien la búsqueda de maneras de conseguir una copia de seguridad y transformar estos acontecimientos aparentemente negativos en experiencias positivas y productivas.
Estos son la naturaleza lecciones de descubrimiento y de liderazgo nos proporciona cuando nos abrimos a la experiencia.
Aunque este 1000 millas paleta para San Francisco ha llegado a un final inesperado, brusco, el SALVAJE campaña está lejos de terminar; mi compromiso con la campaña es más fuerte que nunca.
Más por venir en que en las siguientes semanas.
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